La cerveza es una bebida rodeada de historia, propiedades, usos y cultura que la han convertido en la favorita de muchos.
Su sabor amargo, refrescante y espumoso protagoniza las reuniones sociales y es ideal para acompañar diversidad de alimentos, en forma de maridaje, como el vino.
Sin embargo, alrededor de ella se han manejado una serie de afirmaciones que no son del todo ciertas. Aquí te las aclaramos todas.
Mito #1. La cerveza es una bebida que solo aman los hombres
El consumo de cerveza no entiende de géneros. Según datos del sitio web Food Tech la diferencia es mínima a la hora de comprar cervezas: los hombres con un porcentaje de 44.2 % y las mujeres con un 41.7%.
Con ello queda demostrado que a las mujeres también les gusta la cerveza y la toman con toda la libertad. Por lo menos acá en México no es una bebida exclusiva de los hombres.
La realidad es que la cerveza debe servirse siempre en un vaso o en una copa para disfrutar al máximo de sus cualidades.
Al contrario, la cerveza siempre debe servirse con al menos 1 o 2 dedos de espuma, para protegerla de la oxidación.
Esto es falso pues según los expertos el mejor envase para esta bebida es una lata, ya que no permite el contacto con la luz y la oxidación es menor.
Cierto que esto es un mito, pues si está muy fría va a esconder muchas de sus cualidades, así que el rango ideal para beberla es entre 4 y 13 grados centígrados.
Esto es un mito, el grado alcohólico de esta bebida no depende del color; depende de los azucares fermentables que contenga la receta.
Es una idea falsa, lo ideal es que esté fría desde que se embotella hasta que llega a tu vaso; eso hará que sus cualidades perduren por más tiempo.
El vaso congelado es lo peor que puedes utilizar para tomarla, ya que puede mantener olores del refrigerador y algunos otros componentes que no queremos probar.
Al contrario, es una gran opción para maridajes, ya que existen muchísimos perfiles diferentes en cuanto aroma, sabor y textura.
Una lata de cerveza tiene alrededor de 150 kcal y, a diferencia de otras bebidas alcohólicas, contiene nutrientes y fibra derivados de la cebada.
Beber una lata de cerveza se asemeja bastante calóricamente a comer una rebanada de pan. Con moderación y una dieta equilibrada, la cerveza no nos hará engordar.
La ciencia nos dice lo contrario: un exceso de calorías a base de cerveza no se distribuye de manera diferente a la de cualquier otro alimento. Por lo tanto, no se genera más grasa abdominal al beber cerveza.
Múltiples estudios científicos elaborados por instituciones de todo el mundo resuelven que las calorías que engordan provienen del alcohol en sí, y su transformación en grasa no tiene por qué localizarse en ninguna área anatómica específica.
No es que esté en la tabla de los alimentos que deben ingerirse a diario, pero sí es un alimento que aporta múltiples beneficios a la salud, ya que contiene principalmente calcio, potasio, magnesio y fósforo.
No hay duda en ello. México es considerado uno de los principales países cerveceros. Ocupa el cuarto lugar en producción y el primero en exportación.
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