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Cómo hablar de la muerte con los niños
Redactado por Belén García | 03 de Noviembre, 2020 | Familia
Cómo hablar de la muerte con los niños

Nacer y morir forma parte ineludible de nuestro ciclo vital. Los niños tienen conciencia de la muerte, mucho antes de que nos demos cuenta. Casi todos los días, ello ven situaciones de muerte en los noticieros, periódicos, videojuegos o dibujos animados. La muerte está presente en los cuentos de princesas, de hadas, etc.

Aun así, los padres evitan hablar de la muerte con sus hijos, pero en algún momento de sus vidas, tendrán que hacerlo.

Es cierto que hablar de ello no resuelve todos los problemas, pero si no se habla podemos estar creando tabúes y limitaciones a la hora de comprender el significado de la muerte y de los sentimientos que genera.

¿Debemos hablar de la muerte con nuestros hijos?

Los niños perciben todo lo que ocurre a su alrededor, incluso cuando eludimos hablar de un asunto que nos afecta o que no sabemos cómo plantearlo.

Algunos padres prefieren no hablar de estos temas para proteger a sus hijos de preocupaciones o posibles malos ratos y otros consideran que no es prudente hablar de temas difíciles con los niños, argumentando que posiblemente no entiendan o no quieran saber.

Sin embargo, para los temas delicados, tenemos que encontrar un equilibrio entre eludir y confrontar una información, para ello necesitamos:

  • Estar siempre abiertos a los intentos de comunicación de los niños.
  • Escuchar, comprender y respetar los sentimientos de los niños.
  • Dar explicaciones sinceras, con sentimientos breves y fáciles de entender
  • Dar respuestas en un lenguaje sencillo y adecuado para la edad del niño
  • Observar si el niño entendió la explicación y no dejarlo con dudas.

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Pasos para hablar a los niños sobre la muerte

Pocos adultos plantean el tema a los niños antes de que ocurra y cuando se presenta, tendemos a sentirnos incómodos, sentimos que no tenemos recursos para hacerlo y cambiamos de tema lo más rápido posible.

Lo cierto es que deberíamos hablar de la muerte de la manera más natural posible cuando surja la ocasión: cuando veamos un animal muerto en el campo, o cuando muera alguien en una película o en nuestro entorno.

Para hablar con nuestros hijos sobre la muerte, es recomendable:

1. Estar preparado: reflexionar sobre nuestras propias preguntas o creencias sobre la muerte para que, cuando hablemos con nuestro hijo, tengamos claro lo que queremos decir y lo que les queremos transmitir.

2. Ser sincero: las mentiras o ciertas metáforas, que a veces utilizamos para que el tema de la muerte sea menos aterrador, pueden causar más malestar que alivio.

Si no estamos seguros de una respuesta o no estamos preparados para discutir algo, es mejor decir "no lo sé" que mentir. Los niños a cierta edad se toman las cosas literalmente, por lo que un niño puede creer que alguien que practica parapente está muerto (porque está en el cielo).

3. Ser sensible a la etapa de desarrollo del niño/a: dado que a menudo se representa la muerte en la pantalla, los niños pequeños pueden tener dificultades para tomarla en serio.

Primero, pueden verla como algo de corta duración y reversible, como con un personaje de videojuego que vuelve a la vida, pero a medida que van creciendo, comprenderán que la muerte es grave y compleja, aunque les sea difícil entender que puede afectar a alguien querido o que es permanente.

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4. Estar cerca: es mejor partir de la base de lo que cada niño sabe o cree acerca de la muerte, sobre todo para ayudarle a comprender. Quizás se esté haciendo una idea equivocada y que sufra por ello. Debemos aprovechar cada ocasión (en la vida cotidiana) para explorar como entiende la muerte. Hablar de lo que le ocurre a alguien (un personaje de una película, algún conocido o alguna noticia en el periódico o la televisión) les puede resultar más fácil que hablar de sí mismos.

5. Ser claros: Debemos ser simples y breves en nuestras explicaciones. Debido a que la mente de los niños piensa en términos concretos, puede ser más fácil hablar de la muerte en términos biológicos, como un cambio en una función.

Por ejemplo, decir: "la araña está muerta, por ello, ya no puede caminar" o "cuando alguien muere, deja de respirar, ver y hablar" los términos "descansar" o "marcharse" pueden ser confusos para los niños, es mejor usar términos más precisos.

6. Esperar: después de hablar con nuestro hijo sobre la muerte, puede parecer que se quede satisfecho porque regresa a sus juegos, y probablemente regrese al rato o vuelva a sacar el tema en unos días (después de haber "procesado" lo que hemos estado hablando) y ese será un buen momento para comprobar lo que ha entendido y preguntarle si tiene más dudas.

7. Tranquilizar: cuando se habla de la muerte, es frecuente que los niños pequeños pregunten a los padres: "¿tú también te morirás?". Quizás sean demasiado pequeños para comprender que la muerte es permanente, pero lo que realmente les asusta es quedarse "solos".

Es una buena idea confirmarlo, preguntándoles: "¿Te preocupa que no pueda cuidarte?". Si esa es su preocupación, podemos tranquilizarles diciendo: "probablemente no muera en mucho, mucho tiempo, así que estaré aquí todo el tiempo que me necesites". Un niño mayor podría necesitar más consuelo y se le puede decir: "si muriera, hay muchas personas que se ocuparían de ti, como la tía y el tío".

8. Hablarlo antes de que suceda: es una realidad que la muerte nos alcanzará a todos en algún momento y por mucho que queramos proteger a nuestros hijos de este dolor, no podemos hacerlo para siempre. Hablar sobre esto ahora, cuando no sufren por ninguna pérdida significativa, les ayudará a prepararse para cuando ocurra.

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Ten en cuenta su edad para abordar el tema

Los argumentos o palabras que debemos usar para explicar la muerte a nuestros hijos o el momento escogido para hacerlo dependerá de la edad que tengan.

Además de nuestras propias experiencias, creencias, sentimientos y circunstancias, puesto que cada situación que encaramos es, de alguna manera, diferente.

Asimismo, al momento de explicarles sobre el tema tenemos que contemplar 4 conceptos principales de la muerte:

  • Su irreversibilidad (la muerte es permanente).
  • Irrevocabilidad (todo funcionamiento se detiene con la muerte).
  • Inevitabilidad (la muerte es universal para todos los seres vivos).
  • Causalidad (las causas de la muerte).

De 0 a 2 años: al tratarse de niños pequeños, debemos mantener sus rutinas y horarios. De esta forma, le transmitiremos tranquilidad, seguridad y estabilidad en el ambiente.

De 2 a 6 años: se trata de una edad en la que los niños formulan muchas preguntas. Debemos estar preparados para responder a sus dudas de la forma más clara posible, así nuestros hijos verán la muerte como un hecho natural e irreversible.

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De 6 a 10 años: la capacidad de razonamiento a esta edad es mayor. Por ello, muchos empiezan a tener iniciativa de querer participar en los rituales de despedida, siempre y cuando les hayamos explicado en qué consistirá con suficiente antelación. Si acuden al funeral, no hay que dejarles solos y hay que ir respondiendo a todo aquello que nos vayan preguntando.

De 10 a 13 años: en la edad preadolescente seremos un ejemplo para ellos a la hora de asumir una pérdida y seguir adelante. Para ello, debemos mostrarnos cercanos y dispuestos a escucharles.

La muerte es una situación complicada que puede suponer un duelo para los niños. Si esto ocurre puede llegar a ser un problema en su desarrollo normal. En este caso, debes acudir a un psicólogo para que tus hijos comprendan la situación y aprendan a expresar sus emociones.

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Belén García - Vida Alterna

Belén García

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