Todos hemos experimentado ese momento en la mañana cuando suena el despertador y no eres capaz de salir de la cama. ¿Pero y si ese momento se repitiese todos los días? Pudiera estar enfrentándote ante dysania.
Para muchas personas levantarse cada día de la cama resulta casi una heroicidad. Dan vueltas, posponen varias veces la alarma del despertador y necesitan más tiempo que los demás para, por fin, ponerse en marcha... En la mayoría de los casos, aunque lo parezca, no estamos ante perezosos o dormilones.
Esta dificultad supone para quienes la sufren, un auténtico problema al despertarse: pueden tardar en alcanzar el estado de alerta hasta 30 minutos, cuando lo normal son 10, y tener sensación de confusión, aturdimiento y mal humor.
Cuando hablamos de qué es la dysania, hablamos de un trastorno y de una dificultad extrema para acceder a la realidad de estar despiertos y, por tanto, a una imposibilidad de levantarnos de la cama.
Según los expertos, la dysania no es una enfermedad en sí misma, por eso no está incluida como patología en los manuales de alteraciones del sueño. Sin embargo, sí es un síntoma que nos puede revelar otro tipo de problemas relacionados con la hora de dormir.
Entre estos problemas podemos citar el retraso en la fase de sueño, el síndrome de piernas inquietas, dormir un número escaso de horas o la apnea obstructiva del sueño.
Y en el caso de que la dysania se vuelve invalidante, puede ser síntoma de ciertos estados emocionales, por ejemplo, un episodio depresivo o un trastorno de ansiedad que precisa de atención médica.
Las personas que la sufren pueden quedarse en la cama durante días y experimentan ansiedad ante la idea de tener que levantarse. También pueden experimentar una necesidad urgente de volver a la cama una vez fuera de casa.
Si bien las causas pueden ser múltiples, lo cierto es que los estudios coinciden en que es un estado alterado de nuestra conciencia, por tanto, la dysania está relacionada con:
No hay una sola causa de la dysania pero, como ves, parece tener que ver ir de la mano con una fatiga estresada de la mente y roza a veces con algo parecido a la depresión, lo cual tiene mucho sentido.
Si hablamos de dysania, entonces estamos hablando de síntomas como:
Cabe señalar que para poder llamarlo dysania, no basta con que nos pase muy de vez en cuando o que nos suceda durante unos pocos días, si no que es algo recurrente en nuestro día a día.
Para resolver la dysania es importante primero descubrir cuál es su origen. En la mayoría de los casos suele responder a unos patrones de sueño inadecuados.
Cada vez con más frecuencia el sueño se ve alterado por el uso de pantallas en la cama, una circunstancia que nos quita horas de descanso y que, por culpa de la luz azul, puede alterar la producción de melatonina.
Manteniendo pues una buena higiene del sueño, durmiendo las horas necesarias puede contribuir a que la dysania desaparezca.
Estos tips te pueden ser de gran ayuda:
En el caso de que haya patologías de base como las apneas o el síndrome de piernas inquietas, el médico prescribirá el tratamiento adecuado. Si se trata de un problema para conciliar el sueño, lo más habitual es aconsejar la toma de complementos a base de melatonina.
FUENTES: