El término fibromialgia fue acuñado en 1976 y proviene del latín “fibra” (fibra), del griego “mio” (músculo) y algia (dolor). Es así que La palabra está relacionada con el dolor en los músculos y en los tejidos que conectan los huesos, ligamentos y tendones.
Es un síndrome no contagioso que presenta fatiga y dolor muscular generalizado, y que afecta entre el 3% y el 6% de la población mundial. La enfermedad tiene una mayor frecuencia entre las mujeres de 20 a 50 años de edad y su prevalencia se ha estimado entre 0.7 y 13 % para las mujeres y entre 0.2 y 3.9 % para los hombres.
No se sabe con certeza sus causas, algunos investigadores especulan que hay muchos factores diversos que por sí solos o en combinación con otros, pueden causar fibromialgia. Otros creen que los trastornos del sueño pueden ser una de las causas de la fibromialgia, sin embargo, esta teoría aún no está comprobada, aunque cabe destacar que los trastornos del sueño si pueden agravar los síntomas de la fibromialgia.
Otra hipótesis en cambio sugiere que la enfermedad puede estar relacionada con cambios en el metabolismo musculoesquelético, posiblemente generados por la disminución del flujo sanguíneo, que podría causar fatiga crónica y debilidad.
Algunas teorías apuntan hacia a una predisposición genética, destacando especialmente las investigaciones sobre el gen COMT y genes relacionados con la serotonina y la sustancia P.
Una hipótesis fuertemente apoyada por la comunidad científica sugiere que la fibromialgia está causada por un defecto interpretativo del sistema nervioso central que percibe de forma anormal las señales para el dolor.
Este padecimiento es considerado un modelo integral, una enfermedad del sistema psico-neuro-inmuno-endócrino. Y debido a que sus causas siguen siendo desconocidas, actualmente no hay manera de prevenirla.
El síntoma principal de fibromialgia es el dolor muscular que ocurre en todo el cuerpo, aunque puede comenzar en una región del mismo, tal como el cuello y los hombros, luego extenderse a otras áreas al cabo de cierto tiempo. Además:
El diagnóstico de la fibromialgia se basa en un examen clínico de los síntomas, el cual es llevado a cabo por un médico especialista.
Para diagnosticar a una persona con ‘Síndrome de Fatiga Crónica’, siendo este el principal síntoma de la fibromialgia, se debe presentar un historial de por lo menos seis meses de fatiga inexplicada, evaluada clínicamente, además de cuatro de los siguientes ocho síntomas:
Según los criterios establecidos por el Colegio Americano de Reumatología (ACR), una persona tiene fibromialgia si presenta un historial de dolor generalizado durante un mínimo de tres meses, así como dolor en 11 o más de las 18 zonas específicas de puntos hipersensibles (áreas del cuerpo que resultan dolorosas cuando se ejerce presión sobre ellas).
La gente a menudo desconoce la ubicación exacta o incluso la presencia de muchos de estos puntos hipersensibles, así que un examen cuidadoso de los músculos de las personas con fibromialgia, revelará los puntos hipersensibles.
No todos los médicos saben cómo detectar estos puntos, pero la mayoría de los reumatólogos puede llevar a cabo una evaluación de puntos hipersensibles, diagnosticar y tratar esta dolencia.
Medicamentos
Al paciente se le recetan medicamentos para disminuir el dolor y mejorar el sueño, entre estos medicamentos se encuentran los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) que se recetan en dosis moderadas como la aspirina o el ibuprofeno, o de analgésicos como el acetaminófeno o tramadol (Ultram), que por su parte pueden aliviar parte del dolor.
La mayoría de los médicos no suele recetar calmantes de tipo narcótico ni tranquilizantes, excepto en los casos más severos de fibromialgia.
Para tratar la fibromialgia, los médicos también recetan medicamentos conocidos comúnmente como antidepresivos pero en dosis más bajas que las recetadas para tratar la depresión profunda.
Los antidepresivos parecen aliviar el dolor en las personas y de esta manera, aumentar las posibilidades de lograr una buena noche de descanso. Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, tales como somnolencia diurna, estreñimiento, sequedad de la boca y aumento del apetito.
En ocasiones, también se receta un fármaco llamado ciclobenzaprina (Flexeril), clasificado como relajante muscular pero similar a los antidepresivos.
La hierba de San Juan, es un suplemento dietético que puede funcionar como los medicamentos antidepresivos, pero con menos efectos secundarios. Si usted decide probarla, consulte primero a su médico y no la utilice si está tomando otro antidepresivo.
Programa de ejercicios
Al paciente se le somete a programas de ejercicios para estirar los músculos y mejorar la capacidad cardiovascular.
Los estudios muestran que ciertos programas de ejercicio aeróbico proporcionan una sensación de bienestar, una mayor resistencia y una disminución del dolor, en aquellas personas que padecen de fibromialgia.
Los ejercicios aeróbicos de bajo o ningún impacto como caminar, montar bicicleta, ejercicios aeróbicos acuáticos o natación, suelen ser las mejores maneras de empezar un programa de este tipo.
Procure hacer ejercicio en días alternos si es posible, e incremente de forma gradual su nivel de actividad, para alcanzar un mejor nivel de condición física.
Técnicas de relajación
Se utilizan para aliviar la tensión muscular y la ansiedad. El aprendizaje de técnicas para controlar el dolor y la fatiga nerviosa a menudo requiere ayuda de profesionales de la salud.
Aquellas para sobrellevar el dolor incluyen el aprendizaje de técnicas de relajación muscular, meditación y técnicas de biorretroalimentación.
Mientras que las técnicas para el control de la fatiga nerviosa, sugieren alternar períodos de actividad con períodos de descanso y ejercicios de respiración, esto puede ayudarle a controlar los sentimientos de ira, tristeza y pánico.
Asistir a programas educativos
Esto es con el fin de ayudarle al paciente con fibromialgia a comprender y controlar la enfermedad. Es muy importante que a este tipo de programas asistan también los familiares del paciente, ya que como es muy difícil de diagnosticar y el paciente aparentemente se ve bien, nos les creen.
Algunos informes indican que el aceite de pescado, las combinaciones de magnesio y ácido málico o las vitaminas pueden tener alguna efectividad en el tratamiento de esta enfermedad.
Las fuentes de magnesio son el cacao, las semillas y frutas secas, el germen de trigo, la levadura de cerveza, los cereales integrales, las legumbres y las verduras de hoja. También se encuentra, pero en menor cantidad en carnes, lácteos y frutas.
El ácido málico por su parte es un compuesto orgánico que se encuentra en algunas frutas y verduras con sabor ácido como los membrillos, las uvas (El ácido málico tiene concentraciones en la uva desde 1 hasta 4 g/l y es el responsable del sabor verde y ácido de las mismas), manzanas (el sabor ácido en la punta de la lengua proviene de la presencia de este ácido) y las cerezas no maduras.
El consumir alimentos ricos en magnesio y ácido málico además de reducir el estrés y mejorar las habilidades de adaptación del paciente también pueden ayudar a disminuir los síntomas de dolor causado por la fibromialgia.
Nota: Este material informativo NO sustituye la visita a su médico especialista. Si tiene más dudas o requiere mayor información sobre este padecimiento acuda con su médico.