01 | Después el Ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero, |
02 | en medio de la plaza de la Ciudad. A ambos lados del río, había árboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus hojas servían para curar a los pueblos. |
03 | Ya no habrá allí ninguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la Ciudad, y sus servidores lo adorarán. |
04 | Ellos contemplarán su rostro y llevarán su Nombre en la frente. |
05 | Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos. |
06 | Después me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. El Señor Dios que inspira a los profetas envió a su mensajero para mostrar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. |
07 | ¡Volveré pronto! Feliz el que cumple las palabras proféticas de este Libro». |
08 | Soy yo, Juan, el que ha visto y escuchado todo esto. Y cuando terminé de oír y de ver, me postré a los pies del Ángel que me había mostrado todo eso, para adorarlo. |
09 | Pero él me dijo: «¡Cuidado! No lo hagas, porque yo soy tu compañero de servicio, el de tus hermanos los profetas, y el de todos aquellos que conservan fielmente las palabras de este Libro. ¡Es a Dios a quien debes adorar!». |
10 | Y agregó: «No mantengas ocultas las palabras proféticas de este Libro porque falta poco tiempo. |
11 | Que el pecador siga pecando, y el que está manchado se manche más aún; que el hombre justo siga practicando la justicia, y el santo siga santificándose. |
12 | Pronto regresaré trayendo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras. |
13 | Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. |
14 | ¡Felices los que lavan sus vestiduras para tener derecho a participar del árbol de la vida y a entrar por las puertas de la Ciudad! |
15 | Afuera quedarán los perros y los hechiceros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todos aquellos que aman y pactican la falsedad». |
16 | Yo, Jesús, he enviado a mi mensajero para dar testimonio de estas cosas a las Iglesias. Yo soy el Retoño de David y su descendencia, la Estrella radiante de la mañana. |
17 | El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!», y el que escucha debe decir: «¡Ven!». Que venga el que tiene sed, y el que quiera, que beba gratuitamente del agua de la vida. |
18 | Yo advierto a todos los que escuchan las palabras proféticas de este Libro: «Si alguien pretende agregarles algo, Dios descargará sobre él las plagas descritas en este Libro. |
19 | Y al que se atreva a quitar alguna palabra de este Libro profético, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la Ciudad santa, que se describen en este Libro». |
20 | El que garantiza estas cosas afirma: «¡Sí, volveré pronto!». ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! |
21 | Que la gracia del Señor Jesús permanezca con todos. Amén. |