Google Austria, Alemania y Suiza celebran el 225 cumpleaños de Arthur Schopenhauer, filósofo alemán, uno de los más grandes poetas y pensadores del siglo XIX. El doodle de Shopenhauer, más conocido por sus teorías sobre la voluntad, lo muestra caminando junto a uno de sus caniche o poodle (es una raza de perros que desde el siglo XV hasta nuestros días es considerada de uso exclusivo para el lujo de los aristócratas y nobles). Arthur Schopenhauernació el 22 de febrero de 1788 en el seno de una familia acomodada de Danzing, República de las Dos Naciones. Su padre Heinrich Floris Schopenhauer, fue un próspero comerciante y su madre, Johanna Henriette Trosenier, fue una escritora que alcanzó cierta notoriedad. Cuando en 1793 los prusianos ocupan Dazing, la familia se retira a Hamburgo, donde por su nueva casa pasarían regularmente poetas y literatos. En 1797, su padre lo envía a Francia a educarse en plena efervescencia del caos pos-revolucionario, poco después, y siguiendo una itinerante y políglota educación viajo a Londres para aprender el inglés. Por expreso mandato paterno y a contramano de su propia vocación, Schopenhauer inició en 1805 la carrera de comercio en calidad de aprendiz. Ese mismo año murió su padre, presumiblemente por suicidio. Al morir Heinrich Floris, el resto de la familia se trasladó a Weimar. Es allí donde su madre decidió iniciar las tertulias literarias. Arthur, sin embargo, permaneció en Hamburgo con el fin de ejercer la profesión de comerciante. Poco antes de cumplir los veinte años de edad, Schopenhauer decidió abandonar definitivamente el comercio para emprender estudios universitarios. De este modo, en 1809, se matriculó como estudiante de Medicina en la Universidad de Gotinga, donde asistió a varios cursos. Allí conoció a Gottlob Schulze, un profesor de filosofía que le aconsejó emprender el estudio pormenorizado de Platón y Kant, para que luego lo complementara con la lectura de las obras de Aristóteles y Spinoza.
La lectura de Platón y de Kant orientó sus intereses hacia la filosofía, y en 1811 se trasladó a Berlín, donde estudió durante dos años, siguiendo los cursos de Fichte y Schleiermacher; la decepción que ambos le causaron fue motivo de un momentáneo alejamiento de la filosofía y un interés por la filología clásica. Durante su estancia en Berlín estalla la guerra de liberación contra Napoleón, pero Schopenhauer al ser extranjero no es llamado a filas, y opta por dirigirse a un pequeño pueblo alejado del conflicto y en donde redacta su primera tesis titulada Über die vierfache Wurzel des Satzes vom zureichenden Grunde (Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente) en 1813, sobre la cual se germinaría su posterior sistema. Esta obra la dedicó a su madre quien la recibió con desdén. No obstante después de obtener el doctorado, volvió a casa de su madre en Weimar, en donde disfrutó de la amistad de Goethe. En ese tiempo contactó con el orientalista F. Mayer, lo que supuso un acontecimiento capital en la trayectoria del pensamiento del autor. Brahmanismo, budismo, taoísmo... y un largo etcétera de las ideas maestras de Oriente pasaban por sus manos mientras veía en ellas constantes afirmaciones a los planteamientos expuestos en su tesis. Estas traducciones, de discutida exactitud por entonces, empezaban a entrar en Occidente en esa misma época e impactaron tan fuertemente al autor, que ya después a lo largo de su vida su atención en ellas sería permanente. Incluso siendo tan contrario a toda forma religiosa, se dice que consiguió una estatuilla de bronce de un Buda la cual colocaría en su dormitorio. Sin conocimientos para sondear los fundamentos prácticos de lo que estos libros exponían, Schopenhauer se ha de contentar con "encontrar consuelo en la amable sonrisa del Buda", frente al absurdo de la existencia.
Su trabajo más famoso, Die Welt als Wille und Vorstellung (El mundo como voluntad y representación), constituye desde el punto de vista literario una obra maestra de la lengua alemana de todas las épocas. Supone además una de las cumbres del idealismo occidental, y el pesimismo profundo (que no profundo pesimismo), que perdura en la obra de escritores y pensadores de los siglos XIX y XX, de la talla de Sigmund Freud, Friedrich Nietzsche, Thomas Mann, Ludwig Wittgenstein, Émile Cioran, Carl Gustav Jung, León Tolstói, Albert Einstein, o Jorge Luis Borges, entre otros. El filósofo confiaba en un reconocimiento inmediato de la importancia de su obra, pero ésta no suscitó demasiada atención, aunque sí le ayudó a obtener en 1820, tras un viaje a Italia, la condición de docente en la Universidad de Berlín. Allí trató en vano de competir con Hegel, a la sazón en la cumbre de su popularidad, para lo que anunció sus cursos a la misma hora que los de aquél, al que consideró abiertamente como su adversario. Pero no tuvo éxito; en 1825, después de un nuevo viaje a Italia y un año de enfermedad en Munich, renunció a la carrera universitaria. Schopenhauer emprendió, en 1822, un nuevo viaje a Italia. Más tarde, en 1825, regresó a Berlín, donde intentó infructuosamente regresar a la docencia. En 1831, huyendo de una epidemia de cólera —que ese mismo año había de cobrarse la vida de Hegel—, Schopenhauer se radicó en Fráncfort, donde llevó una vida apacible y recluida durante los últimos 28 años de su vida. Schopenhauer murió como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio el 21 de septiembre de 1860. |
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