El Autocine, todo un símbolo estadounidense, cumple 79 años y Google le rinde homanaje con un video logo. El descapotable reluciente, la compañía femenina, una gran pantalla de cine al aire libre y el cielo como único techo... son recuerdos veraniegos imborrables para muchos estadounidenses que hoy son testigos del 79 aniversario de la creación del autocine (Drive-in-Theaters). El autocine es una forma de cine consistente en una gran pantalla al aire libre, un proyector de cine, un bar cafetería y una gran área de estacionamiento para automóviles. La pantalla puede ser tan simple como un muro pintado de blanco o puede ser una compleja estructura de acero de complicado acabado. El inventor del autocine fue Richard M. Hollingshead que construyó el primero en el año 1933 en New Jersey Estados Unidos, concretamente el 6 de junio de ese año se estrenaba en Camdem - New Jersey, el primer autocine de la historia, el reclamo en letras gigantes: “Toda la familia es bienvenida, sin importar lo ruidosos que sean sus niños”. Se cuenta que la idea de Hollingshead era la de promocionar los lubricantes que comercializaba la marca propiedad de su padre, bajo el eslogan publicitario “Cada quien en su propio palco”, Hollingshead intentaba atraer clientela, sin darse cuenta que estaba creando un gran negocio. Al estreno acudieron alrededor de 600 espectadores a los que se le cobraba 25 centavos por persona y 25 centavos por vehículo. Si querías ver la película sin llevar coche, debías pagar 1 dólar. Fue una solución para muchas familias numerosas que no podían comprar las entradas para el cine, convirtiéndose además en un punto de atracción para las jóvenes parejas. En la 'Lover's Lane', la última fila, los enamorados se sumergían en sus pasiones, con la pantalla al fondo. Tenía una capacidad para 400 vehículos y una pantalla de 120 metros cuadrados. La primera película que se proyectó fue “Wives Beware” una comedia británica protagonizada por Adolphe Menjou y titulada “Two White Arms” en Gran Bretaña. Mejorando el invento, montó rampas sobre las que los automóviles podían subir y así tener mejores vistas para ver las películas. En un primer momento, el sonido se podía escuchar por unos altavoces que se situaban a ambos lados de la pantalla. La década de los ochenta, con la llegada del vídeo llevó a la crisis a los cines y a los autocines, convirtiéndose en este siglo XXI en casi un recuerdo. |