![]() Googlecelebra la Fiesta del Medio Otoño o también llamada la Fiesta de la Luna.
El Festival del Medio Otoño es una de las tradiciones chinas más importantes del año. Las familias se reúnen comen pasteles de luna, en referencia al calendario lunar. Los chinos celebran el Festival del Medio Otoño ('zhongqiu jie') comiendo los tradicionales e indigestos pasteles de luna, en una de las principales celebraciones de la cultura oriental. Este año da inicio a grandes movimientos de población al coincidir con la semana de vacaciones del Día Nacional. La frase “Medio del Otoño” apareció por primera vez en el antiguo libro Zhou Li de la dinastía Zhou, pero no se convirtió en fiesta nacional hasta la dinastía Tang (618-907). De acuerdo con la tradición, se coloca un altar bajo la luna y se ofrecen sacrificios como pasteles, torta lunar hecha especialmente para la fiesta, así como sandía, manzana, dátil, uva y otras frutas. Encendidas dos velas rojas, toda la familia rinde culto, uno tras otro, ante la Diosa de la Luna. Después, la dueña de la casa reparte la torta en pedazos, cuyo número corresponde a la cifra de miembros de la familia, incluidos aquellos ausentes. En la dinastía Song del Norte (960-1227), durante la noche del medio otoño, todos en la ciudad, ricos y pobres, grandes y pequeños, vestían ropa de adultos para rezar ante el altar de la Diosa de la Luna reclamando protección. Fue en la dinastía Song del Sur cuando la gente empezó a regalarse mutuamente las tortas de la luna como muestra de buenos deseos para con la unión familiar de los demás. Entonces surgieron actividades como la danza de dragón. A partir de las dinastías Ming y Qing, las actividades se enriquecieron aún más, en que volar linterna de papel al cielo, encender incienso en forma de torre y practicar la danza de dragón de fuego eran las más representativas.
Entre las numerosas leyendas sobre la Fiesta del Medio Otoño, la más conocida tiene que ver con Chang E. En la antigüedad había diez soles en el cielo. Cuando todos los soles salían juntos, el calor quemaba los cultivos y la vida del pueblo se hacía imposible. Un héroe llamado Hou Yi, de una fuerza incomparable, se apiadó del pueblo y subió a la cumbre de la montaña Kunlun, desde donde aniquiló con sus flechas a nueve soles. Luego ordenó al último salir y ponerse cada día siguiendo un horario para beneficiar a los humanos. Así, Hou Yi se ganó el respeto y el amor del pueblo. La hermosa Chang E se enamoró de él, y más tarde se casaron. Además de salir a cazar y enseñar a la gente las técnicas de lanzar flechas, Hou Yidedicaba su tiempo a estar junto a su amada esposa. Entres sus discípulos se contaba Peng Meng, una muy mala persona. Un día, Hou Yi fue a visitar a sus viejos amigos a la montaña Kunlun y coincidió con la Diosa Wang Mu, quien le entregó una píldora para convertirse en inmortal. Sin embargo, Hou Yi no quería separarse de su esposa, por lo cual no tomó la píldora, que entregó a Chang E para que la guardara. Al conocer el lugar en que Chang E guardaba la píldora, Peng Meng planeó robarla para convertirse en inmortal. Tres días después, Hou Yi encabezó a sus discípulos para salir a cazar. Peng Meng fingió estar enfermo y se quedó. Aprovechando la ausencia de Hou Yi, Peng Meng forzó la entrada del dormitorio de Chang E y la obligó a entregarle la píldora. Sabiendo que no podía enfrentarlo, ella decidió buscar la píldora y tragársela. Al instante, el cuerpo de Chang E comenzó a flotar y voló hacia el cielo. Debido a la gran preocupación que tenía por su esposo, eligió la Luna como residencia por encontrarse más cerca de la Tierra. Cuando Hou Yi regresó a casa, la doncella de Chang E le contó llorando todo lo ocurrido. Muy enojado, Hou Yi fue a buscar a Peng Meng, quien había huido. Triste y afligido, Hou Yi gritaba al cielo estrellado, una y otra vez, el nombre de su querida esposa. De repente, descubrió que la luna de aquel día era extraordinariamente brillante, y en ella había una figura muy parecida a la de Chang E. Con todas sus fuerzas corrió hacia la luna, que se alejaba cada vez más. Por más que lo intentó, no pudo alcanzarla.
Así se popularizaron entre el pueblo las costumbres de rendir culto a la luna durante la Fiesta del Medio Otoño. Pasteles de luna
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