Google Túnez celebra el 58° aniversario de la Independencia de Túnez. El doodle muestra un mosaico donde se observa un león de la cresta tunecina de armas, así como el jazmín, la flor nacional del país. Después de haber sido una colonia francesa, tras la Segunda Guerra Mundial y 25 años de lucha, en 1956 Túnez consigue su independencia. Fundada en el siglo VII a.C. por los tirios, fenicios descendientes de los cananeos, de los que se habla mucho en el Antiguo Testamento, durante más de seiscientos años fue la cabecera de uno de los imperios antiguos más importantes de la época, los cartagineses, que disputaron a Roma la hegemonía del mediterráneo occidental. Cartago, que extendió su dominio también por la península Ibérica, fue finalmente derrotada por los romanos en las llamadas guerras púnicas y en el año 146 a.C. destruida. Más tarde, en el año 29, el emperador romano Octavio volvió a reconstruirla como colonia para veteranos y pasó a ser una de las zonas productoras de cereales más importantes del imperio. Su puerto fue vital para la exportación de trigo africano hacia Roma y la segunda en importancia del Imperio con 400.000 habitantes. Tras haber sido dominada por los vándalos, en el siglo VII pasó a formar parte del imperio y la cultura árabe cuando estos, tras la aparición de Mahoma, se extendieron por el Norte de África, llegando hasta España. Desde ese momento siguió los avatares y la política de su nueva dependencia, primero del califato omeya, luego del abbasí y desde 1574 del imperio turco u otomano, que se prolongó hasta 1883 cuando pasa a control francés, que lo declaró un protectorado y, aunque se mantuvo al rey, en realidad se hicieron cargo del gobierno. En 1920 se funda el Partido Liberal Constitucional Destour, que utilizaba un tono moderado frente a las autoridades francesas mientras otro movimiento que rechaza esta postura tan suave es el partido laico y progresista Neo-desturiano, fundado por Habib Bourguiba que se convierte en un partido de masas en poco tiempo. Este marcará el tono de la lucha tunecina por su independencia, que fue tensa, dura y sangrienta y que Francia terminó por reconocer "solemnemente" el 20 de marzo de 1956. Se celebraron las primeras elecciones del país a la Asamblea Nacional Constituyente en la que este partido consiguió todos los escaños y Burguiba fue elegido presidente de la primera Asamblea Nacional y unos días después nombrado primer ministro. En ese mismo año Túnez fue admitida como miembro de las Naciones Unidas.
A pesar de la independencia, Francia mantuvo su presencia militar por medio de una base naval en Bizerta hasta 1963. En ese año, tras un bloqueo por parte de la marina tunecina, los franceses se vieron obligados a abandonar definitivamente el país.
Un mosaico (del latín mosaicum [opus], [obra] relativa a las Musas, artística) es una obra pictórica elaborada con pequeñas piezas de piedra, cerámica, vidrio u otros materiales similares de diversas formas y colores, llamadas teselas, unidas mediante yeso, u otro aglomerante, para formar composiciones decorativas geométricas o figurativas. Cuando las piezas empleadas son de madera se denomina taracea. En ningún país del mundo se conservan tantos y tan bellos mosaicos de época romana como en Tunicia. La que fue provincia romana de Africa desarrolló en la Antigüedad el arte y la técnica del mosaico hasta alcanzar un grado de maestría que aún hoy asombra por su fuerza plástica, expresividad y colorido, al tiempo que nos aporta una información impagable sobre la vida y costumbres de los súbditos del Imperio Romano al otro lado del Mediterráneo.
El jazmín blanco es la flor nacional de Túnez, simboliza la pureza y tolerancia de su pueblo. También es el nombre que tomó la seguidilla de hechos insurreccionales contra el gobierno autocrático llamada “Revolución de los jazmines”. La rebelión culminó el 14 de enero pasado con la caída del régimen después de 23 años de ferreo dominio. Pero cuándo se supo que Zine El Abidine Ben Ali abandonó el país con rumbo a Arabia Saudita, en las ciudades y pueblos repartidos a los pies de los montes Atlas salieron las personas a la calle a celebrar; sus vecinos a orillas del río Nilo los imitaron. Frente a la embajada de Túnez en El Cairo los jóvenes se concentraron para saludar la revuelta bajo la consigna: “¡Ben Ali, pasa a recoger a Murabak [presidente de Egipto] para llevártelo al exilio!”. No fue la única ciudad árabe dónde hubo manifestaciones de apoyo, más o menos permitidas. Se repiten a estas horas en Amman, Nazareth, Beyruth, Marsella, París, Quebec y Rabat. |