Pocas personas en este mundo pueden presumir no haber olvidado las llaves, un cumpleaños, un compromiso, etc. ¿En qué forma, los antiguos habitantes de la Europa medieval crearon algo para atrapar las ideas y que no se nos escaparan las cosas? Todavia se utiliza, aunque muy poco. La respuesta es bastante sencilla, así que primero expondremos algunas costumbres curiosas de la edad media: - En la epoca medieval, el ajedrez era uno de los juegos más populares entre los señores feudales. Provenía del oriente medio y fué introducido en Europa por los árabes. - Durante la Edad Media, la ciudad suiza de Hurdenburg, tenía una curiosa forma de elegir a su representante local. Los candidatos a alcalde tenían que sentarse alrededor de una mesa y extender sus barbas sobre ella. Entonces se colocaba un piojo en el centro de la mesa y el propietario de la barba que éste escogiera era designado nuevo alcalde. - En la Edad Media eran tan frecuentes los envenenamientos que se popularizó la costumbre de chocar las copas al brindar. Así si el uno había puesto veneno en la copa del otro salpicaba en la de él y no se la bebía. - Durante la Edad Media, las prostitutas ejercían su oficio en su casa. No existía la publicidad pero ellas idearon un tablón de anuncios muy peculiar: para llamar la atención de sus posibles clientes colocaban un ramo de llamativas flores en la puerta de su vivienda. De ramo: ramera. - En el siglo XV, los trabajadores de los molinos sustituían los granos de trigo que los clientes llevaban para hacer harina, por una mezcla indigesta de polvos minerales y cartílagos de sepias y calamares secos. Es uno de los primeros antecedentes conocidos de la adulteración. - Aunque siempre se ha creído que eran los caballeros medievales los que obligaban a sus mujeres a ponerse el cinturón de castidad cuando se iban a la guerra, la mayoría de estos artilugios se los ponían ellas mismas para evitar ser violadas en las incursiones enemigas. - La práctica de la tortura en la edad media nos hace agradecer haber nacido en esta época. ¿Y la respuesta de la trivia? Se nos estaba olvidando, asi que para que eso no sucediera, nos habíamos amarrado un hilo en el dedo, para que no se nos fuera la idea. Las expresiones populares cambian de una generación a otra. Para ayudarnos a recordar cosas, las abuelas y bisabuelas solían decir: “Amarrate un hilo en el dedo para que no se te olvide”. Ni la persona más descuidada del mundo podría olvidar que tiene un hilo amarrado en el dedo. Y aunque lo hiciera, el ardor causado por la presión del hilo sobre su piel después de algún tiempo, lo obligaría a mirarlo y a relacionarlo con lo que tiene que hacer. |