Si tan solo levantarte por la mañana para emprender tu rutina laboral te parece una tortura, es momento de hacer ciertos ajustes.
Más allá de la remuneración económica que recibimos, nuestro trabajo representa retos constantes, autorrealización, satisfacción y bienestar emocional. Pero, ¿qué pasa cuando todos estos aspectos pasan a segundo término y lejos de generarte emoción, tu trabajo se ha convertido en un mundo de estrés constante, angustia y frustración?
La respuesta es más que obvia: ¡debes renunciar ya! ¿Y cómo saber si se trata de una situación irremediable o es solamente una mala racha?
Las siguientes señales pueden ayudarte a tomar la decisión correcta, cerrar al fin este capítulo en tu vida y comenzar de nuevo con más energía, disposición y por supuesto, aprendizaje. Toma nota:.
Desde el jefe hasta tus compañeros. De un tiempo para acá te has percatado de que te molestan cosas que antes parecían sin importancia, además de tener muy presentes sus defectos y errores. Esto ha aumentado la tensión, la incomodidad y el deseo de integrarse y trabajar en equipo.
No hay motivación alguna que te haga levantarte por las mañanas para ir a trabajar. Tus niveles de entusiasmo y compromiso andan por los suelos y aquellas tareas que anteriormente hacías con un gusto tremendo, ahora son una carga tediosa sin sentido. Si no amas lo que haces, difícilmente darás los resultados esperados.
Por más entusiasmo y disposición que muestres para crecer y asumir nuevas responsabilidades y retos, al parecer no te consideran capaz para ello. Esto obviamente afecta tu autoestima y tu productividad, pues no hay nada peor que estar en un trabajo en el que ya no estás aprendiendo nada.
Todos necesitamos ser reconocidos, es una cuestión innata del ser humano. En el ámbito laboral, el reconocimiento es clave para la satisfacción personal y para sentir que nuestra aportación es necesaria para el éxito de la empresa. Si este factor escasea o de plano, no lo hay, es momento de demostrar tu desempeño en otro lugar.
Desde malas actitudes hacia ti o menosprecios, hasta situaciones mayores como abuso verbal o incluso sexual. Recuerda que antes de irte, deja en claro en Recursos Humanos el motivo de tu renuncia, para que tomen cartas en el asunto y no vuelvan a repetirse esta clase de situaciones.
El estrés, las preocupaciones y la tensión ya comienzan a hacer estragos en tu cuerpo. Sufres de colitis, gastritis, dolores de cabeza, gripas, irritabilidad, ataques de ansiedad.
La ideología de la empresa ha dejado de tener sentido para ti. Tus principios, creencias, ética y compromiso han dejado de ser compatibles con los de la organización. Ya no hay congruencia entre lo que haces y lo que crees, ni con sus principios y lo que te piden hacer.
La energía y tiempo que inviertes en tu trabajo supera por mucho los demás ámbitos de tu vida: familia, pareja, amistades, pasatiempos y tu persona. Como bien nos enseñaron en la película de ‘El Diablo Viste a la Moda’: “Cuando tu vida esté destruida, será el momento de un ascenso”. Una lección que hay que tomar en cuenta.
Si después de demostrar que eres capaz de tener retos mayores, obligaciones y funciones, y tu salario o compensaciones no mejoran, acércate y habla con claridad. Si no hay posibilidad de un aumento, lo mejor será buscar nuevos horizontes.
Has dejado de ser escuchad@ y tus ideas y/o soluciones ni siquiera son tomadas en cuenta. En el mundo laboral esta es una de las señales más claras que se mandan cuando ya no necesitan a un empleado.
¿Te identificas con algunas de las siguientes situaciones? Si es así, el panorama es claro. No hay más qué decir y hacer. Otras oportunidades están afuera esperándote.
Por el contrario, si detectas que el problema no es ni tu jefe, ni tus compañeros, ni la organización, sino tú; cambiar de trabajo no hará ninguna diferencia.
Y por último, piensa muy bien en tu plan de acción y no tomes decisiones impulsivas. Ve buscando otras opciones antes de abandonar tu trabajo y recuerda comunicar de manera asertiva las razones por las que estás renunciando.
De esta manera terminarás cordialmente la relación laboral y es más probable que tengan buenas referencias tuyas. ¡Mucho éxito!
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