El cáncer en general es una de las enfermedades que cuando se detecta nos pone a temblar, más aún si se tiene uno de esos en los que pareciera estar dormido para luego atacar y extenderse con gran rapidez.
En el caso de nosotras, las mujeres, sabemos que los más comunes son el de mama, cervicouterino y desde luego el cáncer de ovario, el cual, por cierto ha cobrado muchas vidas.
Este cáncer se da por la aparición de un tumor maligno en cualquier zona del ovario, lo peligroso de éste es que en la mayoría de los casos no se manifiesta hasta estadios avanzados, cuando las probabilidades de un tratamiento exitoso son menores.
Aparece por lo general en mujeres mayores de 40 años, aunque existe una pequeña cantidad a las que se les diagnostica a menor edad.
Los especialistas en el tema indican que los síntomas del cáncer de ovario en sus primeras etapas suelen ser confusos, ya que son muy parecidos al síndrome del colon irritable, el dolor premenstrual o el menopáusico. Es así que tanto las mujeres como los médicos generales no le dan la importancia debida por lo que la enfermedad sigue avanzando hasta una fase tardía.
Los indicios más comunes de la enfermedad son:
El médico puede palpar los ovarios para ver si hay alguna anomalía en cuanto a tamaño, forma y consistencia, pero difícilmente un examen pélvico puede detectar los tumores ováricos en una fase temprana, asegura la American Cancer Society en su página web.
La otra prueba es un ultrasonido (o ecografía transvaginal). En éste se examina el útero, las trompas de Falopio y los ovarios con la intención de encontrar un tumor, pero no se puede detectar si esa masa es benigna o maligna hasta que se hace una biopsia.
Lamentablemente la ecografía y los marcadores tumorales no son 100% efectivos, por eso más del 70% de los casos se diagnostican en fase tres o cuatro, un punto en el que las posibilidades de sobrevivir a la enfermedad se reducen drásticamente.
También se opta por realizar la prueba en sangre CA-125. Esta mide la presencia en sangre de la proteína del mismo nombre, sin embargo no en todos los casos ni todas las mujeres que han resultado tener una cantidad grande de esta proteína han sido diagnosticadas con cáncer de ovario.
"Este test que data de los años 90s, solo detecta la mitad de los casos de cáncer de ovario en su etapa temprana", asegura la profesora Sundar, especialista en cáncer ginecológico, de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
En conclusión, los expertos en el tema indican estar muy al pendiente si los síntomas son muy persistentes (12 veces por mes) para acudir de inmediato al médico, mucho mejor con el doctor especialista, y ser muy insistentes para que se nos practiquen todas las pruebas posibles; más aún cuando en la historia familiar haya habido casos de cáncer de ovario o de pecho.
Si ya se tienen indicios de un tumor en el ovario, el tratamiento sugerido por los médicos especialistas es la cirugía y quimioterapia si la masa es maligna.
Definitivamente es el chequeo médico continuo y conocer el historial oncológico de la familia. En caso de existir un historial familiar relacionado al cáncer de ovario o de mamas, se debe hacer una consulta genética y considerar la posibilidad de retirarlos.
Fuentes: