Criar a nuestros hijos de tal manera que se desarrollen integralmente no es tarea fácil, pues a veces tendemos a tratarlos diferentes de acuerdo a su sexo. Aún en nuestros días es muy marcada la diferencia con la que educamos a ellos y ellas y eso definitivamente debe cambiar.
Tanto las niñas como los niños merecen alcanzar su máximo potencial, pero la desigualdad de género que permea sus vidas y la de quienes los educan lo impide.
Lamentablemente está presente en el día a día de niñas y niños, tanto en sus hogares como en sus comunidades, en la forma como los tratamos y educamos. En fin en el medio ambiente en el que se desenvuelven.
Por ejemplo, es muy común, aún en estos tiempos que cuando distribuimos los quehaceres domésticos entre nuestros hijos, no lo hagamos igualitariamente. Seguimos creyendo que quien se debe encargar de eso son las niñas, lo cual limita el cambio generacional y reduce sus ambiciones.
Al llegar a los 10 años el mundo de los niños a menudo se expande, mientras que el de las niñas se contrae, lo cual acarrea consecuencias negativas que pueden durar toda la vida, lamenta la UNICEF. Así que para transformar esta realidad puedes hacer ciertos cambios en tu hogar, en su vida en general.
Principalmente debemos enfocarnos en evitar disminuir la valía de nuestras hijas, por ejemplo:
Recuerda que en el fondo debes educar sin estereotipos, no limites a tu hija, ni le digas que el mundo será difícil porque es niña; hazla sentir segura, sin prejuicios sobre su cuerpo y su mente.
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