Hoy en día, gracias en parte a los avances en la medicina, es que las expectativas de vida son más altas, por lo que hay incluso países donde la población en mayormente de la tercera edad.
Vivir esta etapa de la vida puede llegar a ser tan disfrutable como otras por la que ha pasado el ser humano, sin embargo, hay personas a las que les da un miedo desproporcionado a envejecer y también a sentir rechazo por los ancianos.
Estas personas tienen una reacción tan irracional que puede llevar a actitudes poco éticas con las personas mayores, como el desprecio e incluso al maltrato o agresión.
La gerontofobia se define como un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la presencia de un temor excesivo, irracional y persistente hacia los adultos mayores y/o a envejecer, aseguró la doctora Carolina Kralj, médica psiquiatra y MSc en Gerontología King's College London.
Existe una obsesión patológica con la juventud, con mantener a toda costa un aspecto y actitud que se asocia con la belleza y el éxito.
Por otra parte, se desprecia a quienes no se consideran productivos pues se observa que, para muchos trabajos, si tienes más de cincuenta años "no vales", sin importar la experiencia u otras cualidades que se van adquiriendo con los años.
Vivimos, además, en una sociedad donde priman las personas que más consumen, y las personas de la tercera edad no suelen ser muy consumidoras, al contrario, se les ve como una carga económica para las familias y el gobierno.
Otro aspecto no menos importante es el de la muerte, inevitablemente unido a la vejez. En tiempos no muy lejanos la muerte estaba presente en la vida de forma más cotidiana y natural, formaba parte de los ritos y aprendizajes, pues las personas mayores morían en sus casas y los velatorios eran un acontecimiento que se organizaba en las mismas casas.
"Andador, bastón, canas, arrugas, fragilidad... Los estereotipos abundan". Según la médica, "nuestro prejuicio nace de nuestra imagen social del adulto mayor; estereotipo intrínseco aprendido desde nuestra infancia, de las imágenes que vemos en los libros, en las películas, en los chistes y hasta en las tarjetas de cumpleaños." El cómo vemos a los adultos mayores parte del lenguaje que usamos, de términos cargados de connotaciones negativas como "viejo" o "anciano".
En ese sentido, Kralj mencionó que estos prejuicios no son exclusivos de la gente más joven, sino que incluso los adultos mayores los tienen y hasta en ocasiones "utilizan la edad para justificar las cosas que hacen y les pasan".
Necesitamos una reflexión en este tema, hacer pedagogía y tratar de quitar el peso excesivo que tienen tanto la juventud como la vejez, la primera sobrevalorada en muchos aspectos y la segunda infravalorada en otros.
Se dice en psicogerontología que además de la edad cronológica, hay una "edad cognitiva" o "subjetiva". Esta edad está más en el corazón que en la fecha de nacimiento.
Se cuantifica preguntando al adulto sobre la década en la que se "siente" (20, 30, 40, 50, 60, 70, 80 años o más); la década en la que le "parece" que está; con qué década asocia las cosas que "hace" o qué década expresa mejor sus "intereses".
La edad cognitiva o subjetiva resulta de promediar estas edades: la "edad sentida", la "edad parecer", la "edad hacer" y la "edad interés". (Ejemplo de edad cognitiva o subjetiva para una mujer de 80 años que se siente parte de otras décadas = 70 ES + 50 EP + 30 EH + 60 EI /4 = 52,5 años). En este supuesto caso observaríamos la "negación" que la persona hace de su edad real, con una discrepancia en su edad cognitiva.
En la vida real, a estas personas que temen al envejecimiento se les aconseja que participen en un tratamiento grupal compuesto por individuos de la misma edad y que el moderador o terapeuta del grupo propicie la "reminiscencia".
Se trata de que los integrantes del grupo hablen de acontecimientos pasados de su infancia o juventud. Recordar y contar acontecimientos antiguos y ejercitar la memoria remota, son actos que les gusta hacer a las personas de mayor edad.
Esta forma de tratamiento, a pesar de su sencillez técnica, hace que los componentes del grupo se aproximen por afinidad al hecho de que todos pertenecen a la misma generación. Esto les hace ir tomando poco a poco conciencia de la edad de manera gradual y, a la vez, placentera.
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