La crioterapia, también llamada criocirugía o crioablación, es un tratamiento mínimamente invasivo, que anteriormente era exclusivo de los deportistas, para tratar ciertas lesiones musculares.
Su principal característica es que utiliza temperaturas de hasta -160 °C Y hoy en día es un tratamiento accesible para todos; capaz de eliminar desde manchas en la piel hasta afecciones más serias como el VPH.
Te contamos todos sus beneficios, sus cuidados y sus efectos tras este tratamiento.
Como se mencionó al inicio, la crioterapia es una técnica basada en la aplicación de frío extremo, normalmente nitrógeno líquido, para el tratamiento de lesiones cutáneas superficiales.
El nitrógeno administrado presenta una temperatura muy baja (-196ºC), liberándose de forma controlada y local sobre la lesión durante unos segundos, mediante un sistema de spray pulverizado.
Este nitrógeno, administrado sobre la lesión cutánea concreta, provoca la congelación y destrucción de las células anormales de la piel sin perjudicar el tejido sano que rodea a la lesión. El proceso suele durar entre uno y dos minutos.
Unas horas después de congelar la lesión suele formarse una ampolla, que se aplana en 2 o 3 días y la piel muerta cae en 2 a 4 semanas.
No es un tratamiento doloroso, pero produce una sensación de escozor y quemazón, por lo que en ocasiones puede requerir la administración de anestesia local cuando se aplica en zonas muy sensibles.
La crioterapia se puede emplear para extirpar verrugas y para destruir lesiones cutáneas precancerosas. Algunas de las lesiones cutáneas en las que esta terapia está más indicada y es más efectiva son:
Algunas lesiones cutáneas, sobre todo las verrugas, pueden necesitar ser tratadas más de una vez.
Tras la aplicación del tratamiento con crioterapia se observará la aparición de un enrojecimiento, hinchazón, e incluso, la formación de una ampolla en la zona tratada, para ello se recomienda aplicar un antiséptico tópico y cubrir la herida con un pequeño apósito cada 12 horas durante unos 7-10 días.
Posteriormente, suele formarse una costra que se desprende espontáneamente. Las heridas en la cabeza y/o cuello pueden tardar hasta 6 semanas en curarse mientras que en los brazos y piernas pueden prolongarse algo más.
La crioterapia suele implicar un mínimo riesgo de complicaciones y efectos secundarios, que son habitualmente leves y bien tolerados. De forma similar a otras técnicas que implican la destrucción de tejidos, existe un cierto riesgo de formación de cicatrices y de ocasionar una lesión del tejido sano alrededor de la lesión.
Otros efectos secundarios son: la formación de ampollas (frecuente), sangrado (infrecuente), infección (infrecuente) y alteración en la coloración de la piel (infrecuente). Debes consultar al médico si la herida supura, duele y/o si el paciente presenta fiebre.
FUENTES: