A muchos de nosotros nos es complicado exteriorizar nuestras emociones de manera asertiva, lo que nos lleva a buscar distintas formas (y no tan adecuadas) de manifestar nuestro descontento, frustración, ira, miedo, preocupación, etc.
Una de estas maneras es el comportamiento pasivo-agresivo, en el cual las personas que lo tienen, suelen demostrar tales sentimientos de manera indirecta, es decir, a través de acciones sutiles, sin llegar a expresar abiertamente tal cual lo que sienten.
Este tipo de conducta puede ser difícil de reconocer y puede afectar la capacidad de una persona para crear y mantener relaciones de pareja saludables, ya que se considera una forma de manipulación y hostilidad indirecta y negada, creando una brecha entre lo que se dice y se hace.
¿Cómo identificar este comportamiento ya sea en mí o en mi pareja? ¿Cómo podemos trabajarlo juntos? Continúa leyendo. Te damos todas las respuestas.
Propongamos esta situación y analicémosla detenidamente: tu pareja te invita a una fiesta con sus amigos y tú no tienes ni el mínimo deseo de ir. ¿Qué harías?
a) Hablar directamente con tu pareja y decirle que en esta ocasión no tienes muchas ganar de ir, pero que él o ella vaya y se la pase bien.
b) Inventar excusas para no ir.
c) Acceder de buena manera a ir con él o con ella, pero ya en la fiesta sabotear sutilmente el momento. Por ejemplo, tardándose para salir, haciendo que lleguen tarde a la reunión; o en la fiesta hacerle la ley del hielo.
Creo que todos coincidimos en que la opción más viable para esta situación en específico es la “a”. Decir lo que sentimos de manera tranquila y asertiva. O incluso, muchos de nosotros podríamos optar por la opción “b”, aunque no es lo más adecuado.
Sin embargo, una persona pasiva-agresiva seguro elegiría la situación “C”; y en lugar de hablar con claridad sobre sus deseos, demostrará su incomodidad e inconformidad con acciones negativas hacia el otro.
La pareja por su parte, puede o no darse cuenta de esas intenciones, pero sí se creará un ambiente tenso, en el que ninguno de los dos la pasará bien. ¿Te suena?
Si el ejemplo anterior, te dejó con algunas dudas, estas señales pueden ayudarte a confirmar si tú o tu pareja tienen un comportamiento pasivo-agresivo.
Cabe mencionar, que todos en alguna ocasión podemos recurrir a este tipo de conductas. No obstante, la frecuencia y la raíz de estas es lo que marca la diferencia entre un comportamiento ordinario, o bien, pasivo-agresivo, el cual puede atribuirse a una baja autoestima, inseguridad o una forma de comportamiento controlador.
Detecta las señales:
Diversos estudios aseguran que la conducta pasivo-agresiva, a menudo está relacionada con malas experiencias en la infancia con la ira.
Si de pequeña la persona fue testigo de un enojo explosivo, donde su padre o su madre fueron agresivos físicamente, es probable que crezca temerosa ante tal emoción.
Por otra parte, si durante esta etapa se le enseñó a que el enojo o la ira son emociones prohibidas o malas, no aprenderá a sentirla y expresarla de una manera saludable.
El resultado serán jóvenes y adultos temerosos del conflicto y de sus propios sentimientos; de decir lo que piensan o sienten,
Finalmente este ciclo seguirá repitiéndose en todos los contextos de su vida, incluyendo la relación de pareja.
Por notables razones, un comportamiento pasivo agresivo afectará la dinámica de la relación, principalmente porque, aunque se sospeche que hay un problema, la sutileza de cada acción causará dudas y confusión al otro, lo que hará más difícil llegar a una resolución o a un cierre.
Constantemente habrá tensión, incomodidad, resentimiento o ira acumulada que no saldrá a flote porque no existe una comunicación saludable.
Entonces, ¿qué puedo hacer cuando mi novi@ o espos@ es una persona pasiva o agresiva, o incluso yo mism@?
Como toda situación que hay que arreglar, lo primero es aceptar que existe un problema y tal como lo dice la terapeuta familiar y conyugal Andrea Brandt, “hacen falta dos personas para respaldar una relación pasiva agresiva”, por lo que, para detener este ciclo, se pueden seguir los siguientes consejos:
Por otra parte, si tú eres la persona pasivo-agresiva en la relación, es recomendable escuchar con atención y tener apertura ante lo que tu pareja tiene qué decir sobre ti y sobre cómo pueden resolver su situación.
Para ambos casos, es sumamente indispensable respetar los pensamientos y sentimientos de la pareja, aun cuando no se esté de acuerdo con ellos; y ambos responsabilizarse de sus acciones.
FUENTES: