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Tu casa puede enfermarse. Detecta sus síntomas y cúrala
Redactado por Alejandra Núñez Luna | 24 de Agosto, 2019 | Bienestar
Tu casa puede enfermarse. Detecta sus síntomas y cúrala

Si de un tiempo para acá has dejado de ver a tu hogar como aquel refugio especial y único, a sentirlo como un espacio incómodo, desordenado, inerte, que con tan sólo llegar te provoca tensión o estrés, puede que se trate del síndrome de la casa enferma.

Sí, tal como un ser vivo lo hace, los hogares pueden enfermarse y dificultar los vínculos y bienestar físico y emocional de quienes lo habitan. Si crees que éste es tu caso, identifica los síntomas y devuélvele la vitalidad a cada rincón de tu casa.

Las paredes hablan

Día tras día nuestra casa es el eje central de convivencia y donde se desarrollan relaciones de todos como huéspedes. Por tanto, funge como un receptor de nuestros sentimientos, pensamientos y estados de ánimo y los refleja de maneras distintas.

Si como compañeros de casa, ya sea en familia, pareja, amigos o incluso viviendo solos, se crea una atmósfera cálida y armónica, la casa lo manifestará tangible e intangiblemente, ya sea en el interés por su orden, en la limpieza y hasta en la “vibra” que emite.

Por el contrario, si dentro del hogar prevalece un ambiente caótico, de peleas constantes, estrés o fatiga, se transmitirá a los alrededores de nuestra casa.

Y lo mismo de manera inversa: mientras más desorden, disfunciones y suciedad existan en casa, más cansancio, fatiga, insomnio, mal humor y hasta malestares físicos sentiremos: alergias, dolor de cabeza, asma, sinusitis, problemas visuales, desequilibrio hormonal, etc.

En pocas palabras, la salud de nuestra vivienda, así como la propia, depende de factores como el orden, la limpieza, ventilación, iluminación; sumado a las relaciones y estado anímico de quienes vivimos en ella.

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Diagnóstico: casa en crisis

Para detectar si tu casa está “enferma” es necesario hacer un análisis de los factores que mencionamos anteriormente: averías, falta de mantenimiento y por supuesto el tipo de vínculo de sus habitantes.

Las señales pueden ser diversas, cuya característica principal es que van acumulándose, son frecuentes y se mantienen con el paso del tiempo. Las más comunes son:

  • Objetos rotos por doquier:  Un síntoma que va más allá de la “mala suerte” son las cosas rotas con regularidad: espejos, vidrios, platos, vasos, adornos, etc. De hecho, según el Feng Shui, la energía que proyectamos provoca cierta vibración sobre los vidrios del hogar y éstos pueden llegar a romperse por una concentración elevada de energías, al haber peleas, preocupaciones o estrés.
  • Plantas sin vida: Las primeras en “contagiarse” de la enfermedad de nuestro hogar son las plantitas, que por falta de cuidado comienzan a marchitarse. Resulta obvio que, si no se cuida la salud propia, tampoco se hará con la de la vida vegetal. El ver que nuestras flores están muriendo, es una alerta de falta de responsabilidad o simplemente de que nuestra mente anda en otros asuntos.
  • Plagas constantes: Hormigas, ácaros, pulgas, moscas, cucarachas o roedores son otro de los síntomas de un hogar con mala salud, pues no sólo es molesto, sino que deterioran el mobiliario (como las termitas) y su propagación puede afectar la salud y bienestar de todos los miembros del hogar, desde los niños hasta las mascotas. Las causas de su origen van desde basura acumulada, falta de higiene, humedad y mala ventilación.
  • Desorden y suciedad: Objetos acumulados, polvo constante, pilas de papeles, pelos de mascota, platos sucios, ropa tirada o en la clásica silla; camas destendidas, pila de bolsas de basura…. La falta de organización es evidentemente una señal de casa enferma que terminará causando angustia y estrés.
  • Desperfectos técnicos: Aparatos electrodomésticos descompuestos, focos fundidos, fugas de agua, problemas de cañerías, inconvenientes con la energía o el internet; cerraduras rotas.

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  • Deterioros en aumento: Muebles rotos o incómodos, manchas de humedad, paredes sucias, pintura desgastada, piso, cortinas y alfombras rotas. Cada uno de estos problemas son consecuencia del paso del tiempo y la falta de cuidado que tenemos en nuestro hogar.
  • Distribución incorrecta: Muebles muy grandes (o en gran cantidad) en espacios reducidos. Cuartos atiborrados de cosas que dificultan transitar libremente por la casa.
  • Mala decoración: Mobiliario anticuado o desgastado, exceso de adornos, paredes pintadas de colores muy fuertes en zonas de descanso; espacios con poca luz natural y oscuros. Dichos inconvenientes vuelven incómodos los espacios de casa y dónde antes amabas pasar el rato, ahora se vuelve abrumador, lo que puede afectar la dinámica de familia o de los miembros que la habitan.
  • Estado anímico negativo: Dejando de lado los aspectos propios de la casa, volvemos a las relaciones de sus habitantes. Si éstos atraviesan por una mala racha, en el que hay peleas, gritos, algún acontecimiento trágico, enfermedades graves o estrés constante, se crea un cansancio emocional fuerte que repercute en la energía y el cuidado del hogar; volviéndolo incómodo y ajeno.

¿Cómo curar nuestra casa?

Después de haber detectado algunos o todos los síntomas que indican que nuestra casa necesita sanar, lo que procede es poner manos a la obra y comprometernos a arreglar cada desperfecto hallado que fomente el bienestar de todos y el entorno.

Asimismo, tener en cuenta que debemos ser pacientes y realistas, pues si son muchos los aspectos por cambiar, no hay que presionarse por hacerlo de la noche a la mañana. Todo con calma y con objetivos claros y a nuestro alcance.

Dejando esto claro, ¿cuál es la receta para la cura de nuestro hogar? Aquí te proponemos algunas ideas:

PERMITE QUE LA LUZ ENTRE

Desde que comienza el día abre ventas y cortinas y deja que la luz natural invada y alimente de vida tu hogar.

Por otra parte, la iluminación de cada zona del hogar enriquece el ambiente y facilita las tareas y la convivencia. Para ello se deben combinar distintos tipos de lámparas y colocarlas en el lugar indicado.

Hay que tomar en cuenta que las habitaciones de descanso requieren fuentes de luz cálida, con tonalidades amarillentas y de manera más controlada. En cambio, espacios como la sala de estar o la cocina deben estar bien iluminados con una luz fría o blanca.

 

AIRE FRESCO

Tal como sucede con la iluminación, la ventilación natural es indispensable para que el aire fluya correctamente por el hogar y evita que los malos olores se acumulen por la casa.

Abre puertas y ventanas por lapsos considerables cada día u opta por ventilación artificial para que al aire se renueve constantemente.

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LIMPIEZA EXTENUANTE

Es importante que cada semana ya sea individualmente o en conjunto puedan dedicarse a limpiar minuciosamente todas y cada una de las habitaciones. Esto no sólo incluye el barrer o trapear el piso, sino cambiar sábanas, quitar telarañas, sacudir el polvo, tirar los papeles acumulados, lavar los baños y si así lo deseas colocar aromatizante (de preferencia natural).

Esta tarea no sólo dejará la casa impecable, sino que ayuda a despejar los espacios y, por ende, la mente. Además, al ver tu casa así de limpia te hará sentir más que satisfecha, ¿o no?

 

DEPURACIÓN TOTAL

Normalmente solemos guardar ciertos objetos por la unión sentimental que tenemos con ellos, más que por el uso que les damos. Por tanto, se acumulan poco a poco, ocupando más espacio del debido.

Marca en tu calendario una fecha específica para reorganizar tu casa en general y depurar todos esos objetos innecesarios, viejos, inservibles, obsoletos y tristes de cada habitación. Te sorprenderás de todas las cosas que guardamos sin ninguna utilidad y que incluso alguien más puede aprovechar.

 

 

ARREGLANDO DESPERFECTOS

Haz una lista de todas las averías que hay por arreglar y dales mantenimiento paulatinamente. Comienza por los más prioritarios o urgentes y de ahí en adelante. Poco a poco tu casa volverá a ser tan funcional como en un inicio.

 

CREA BUENOS HÁBITOS

Cada buena acción dedicada a nuestro hogar por pequeña que parezca repercute en el día a día y hará que la casa se sienta mejor. Algo tan sencillo como tender la cama todas las mañanas, promoverá el orden y nos brindará entusiasmo para comenzar con la rutina.

No olvides sacar la basura, lavar los trastes y guardarlos, recoger lo que se encuentre tirado, guardar la ropa y zapatos, etc.

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REMODELACIÓN

Dale un giro total al aspecto visual de tu casa y conviértela en un espacio acogedor. Comienza por elegir colores relajantes ya sea para tus paredes o cortinas. Reacomoda los muebles de manera que haya más espacio y si existe la posibilidad, sustituye el mobiliario anticuado por uno más moderno.

Decórala a tu gusto siempre teniendo en cuenta que “menos es más”.

 

 

EL VERDE ES VIDA

No hay mejor manera de reanimar y purificar una casa que con plantas y flores. Si tienes un jardín y se encuentra descuidado, es momento de podar el pasto y sembrar algunas flores. Asimismo, coloca macetas en lugares estratégicos y algunos floreros en las mesas de tu casa. El cambio será totalmente notable y se renovará el oxígeno del entorno.  Por supuesto, no te olvides de regarlas con frecuencia.

 

CREA ESPACIOS PARA RELAJARTE

Una buena idea para propiciar el descanso y la convivencia de los miembros de casa es convertir algún rincón específico en un espacio reconfortante y acogedor. Desde un cuarto completo, hasta una pequeña esquina donde un sillón y una luz tenue basten.

El objetivo es tener un sitio que te haga olvidar del estrés diario, donde te sientas cómodo y te permita realizar las actividades que más te gusten, como leer, meditar, pintar, ver televisión, escuchar música, etc.

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ACTITUD POSITIVA

En ocasiones, una buena actitud es la clave para el bienestar y para erradicar la energía negativa o las tensiones del hogar. Reunirse con amigos o familia; ver películas, jugar con los hijos o con nuestras mascotas, bailar, poner música, alimentará el buen humor, mantendrá alegre la casa y nos brindará la disposición para hacer las tareas del hogar y mantener el orden del mismo. 

TIPS EXTRA:

  • Si tienes plagas de jardín, opta por opciones naturales y orgánicas.
  • Evita que se fume dentro de casa
  • Mantén el volumen del televisor, radio o aparatos de música a un nivel favorable.
  • Apaga las luces que no se están usando en el momento
  • Una hora antes de dormir evita los aparatos electrónicos, como la televisión, la computadora o el celular. Todos ellos emiten ciertas ondas que alteran el descanso y el sueño profundo.

Fuentes:

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Alejandra Núñez Luna - Vida Alterna

Alejandra Núñez Luna

Lic. en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de la Salle, Bajio.

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