Cuando te conviertes en mamá o papá todo cambia. La maternidad (y la paternidad) es un trabajo de tiempo completo en el que es natural poner las necesidades de tus hijos por encima de las tuyas.
Por ello, si has decidido conscientemente tener hijos en un futuro, es imprescindible que vivas y disfrutes de experiencias satisfactorias, para después dedicarte de lleno a la crianza de tus pequeños.
Aquí te dejamos una pequeña lista de cosas que sin duda debes hacer en esta etapa sin hijos.
Una de las experiencias más placenteras es viajar sin preocupaciones y con total libertad económica.
Ya sea sol@, con amigos o en pareja, irte hasta el otro lado del mundo, o unos cuantos días a un pueblo local te llenará de grandes e inolvidables recuerdos que seguro en un futuro podrás compartir con tus hijos.
Es una realidad que la llegada de un bebé es muy costosa: parto, pañales, leche en fórmula, carriola, pediatra…
Una gran forma de prepararse para todos estos gastos, e incluso si no es tu plan inmediato tener un hijo, es adoptando buenos hábitos financieros, (si es que no los tenías); armar un fondo de emergencia e ir saldando todas esas deudas que tengas hasta el momento.
Piensa que de aquí a cuando ya hayas decidido traer un hijo al mundo, ese dinero ahorrado te vendrá muy bien.
Y no nos referimos a vivir en alguna mansión rodeada de lujos, sino en ir construyendo un hogar confortable con la decoración y muebles a tu gusto.
Cuando lleguen los niños, los pisos estarán cubiertos de juguetes y tendrás que considerar adquirir algunos muebles para su seguridad.
Por ello, cómprate ese sillón de piel que te enamoró y sácale todo el provecho posible.
La autorrealización profesional es una necesidad de toda persona y este es el momento ideal para cumplir aquellos sueños laborales que te has planteado: poner un negocio, cambiarte de ciudad por un nuevo trabajo, estudiar un diplomado, aprender inglés.
Incluso adoptar y alimentar tus hobbies también es válido.
Así no pasarás los siguientes años lamentando no haber logrado aquellos planes o esperando a que tus hijos crezcan para finalmente llevarlos a cabo.
Por supuesto que esto no significa que al convertirte en mamá o papá no puedas cumplir tus metas, pero es cierto que te supondrá un doble esfuerzo.
Aquellas noches locas de fiesta deben ser un punto más en tu lista. No tiene por que ser algo desenfrenado, sino un momento de diversión y despreocupación y con la posibilidad de desvelarte (o emborracharte) sin consecuencias.
En un futuro, quizá no tengas la energía, ni el dinero ni con quien dejar a tus pequeños para salir un rato. ¡El momento es ahora!
Tener hijos es una experiencia maravillosa, pero también muy caótica (principalmente para las mujeres), y no siempre habrá tiempo para arreglarse, ponerte ese outfit que te encanta o estar en forma.
Por ello, antes de llegue aquel momento en el que tu pijama sea tu atuendo diario, aprovecha para trabajar en tu cuerpo, ejercitándolo, comiendo saludable y aunque suene superficial, irte de shopping y comprarte aquellas prendas que seguro te subirán la autoestima.
Antes de agrandar la familia, dense el tiempo suficiente para seguir conociéndose y disfrutarse el uno al otro. De salir a pasear románticamente, ir al cine, viajar, cenar tranquilos en casa y por supuesto, de gozar de su vida íntima.
Además, esta etapa es perfecta para hablar del tema de los hijos, cuántos quieren tener, cómo los educarán, cómo adaptarán su rutina cuando lleguen.
En conjunto, esto les permitirá formar las bases necesarias para cuando los pequeños lleguen y para que su relación de pareja se mantenga igual o incluso más fuerte.
Una de las mejores cosas que puedes a lo largo de tu vida es invertir en tu salud mental.
Y mucho mejor aún si lo haces previo a tener hijos, pues la terapia será una herramienta increíble para sanar todas esas heridas que se han formado desde tu infancia y que muy probablemente impactarán en el momento de tu maternidad o paternidad.
Y no solo eso, también podrás trabajar en aspectos importantes para tu crecimiento personal, como la autoestima y la gestión de emociones, que en un futuro serán un aliado para la crianza de tus hijos.
Una mente sana es crucial para construir una familia sana.
¿Qué otra experiencia recomiendas? Cuéntanos.
FUENTES:
Lic. en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de la Salle, Bajio.
