En plena era de la revolución digital y nativos tecnológicos, nos parece totalmente común el uso constante y hasta desmedido de nuestros dispositivos a lo largo del día. De ser simples aparatos para facilitarnos la comunicación, se han convertido en una extensión de nosotros mismos, de la que nos es imposible desapegarnos sin importar las consecuencias negativas.
Una desintoxicación digital, por el contrario, es un método que nos ayudará a desengancharnos del mundo digital, despejar nuestra mente y entender la importancia de vivir en el hoy y el ahora. ¿Aceptas el reto? ¡Adelante!
24/7 en el celular
Mensajear mientras caminamos, fotografiar nuestros alimentos, videollamadas, Netflix, redes sociales, historias… ¿Te has preguntado qué porcentaje de tu día lo vives a través de una pantalla?
Según Forbes, en promedio, una persona ve su celular unas 150 veces al día y en ocasiones hasta más; generando problemas físicos, como malestares en articulaciones, ojos, huesos y oídos; además de insomnio, ansiedad, depresión y una preferencia a relacionarse mediante el mundo digital, que en persona.
¿Y qué decir de los demás dispositivos? Tales como la computadora en la que muchos pasamos nuestro día laboral; o el televisor para relajarnos un poco al final de nuestra rutina.
No hay duda de que nuestro consumo de información, entretenimiento y la manera en la que hemos optimizado algunos procesos de comunicación y trabajo involucran en su mayoría a la tecnología, invadiéndonos de estímulos que llegan a saturar nuestra mente y nos distraen de contemplar la realidad y a nosotros mismos.
Ante evidente situación y el incremento de casos de ‘nomofobia’ en la población, desde el año 2013 surgió el término “desintoxicación digital” o digital detox, que se define como el tiempo en el que un individuo se abstiene de usar un dispositivo electrónico (Diccionario Oxford).
El propósito es claro: desenchufar a las personas de sus smartphones y volver a conectarlos con la vida real.
Dicho proceso puede ser llevado a cabo por decisión y voluntad propia en retiros de desintoxicación digital, en los que los teléfonos y otros dispositivos se apagan y ese tiempo es sustituido por actividades más tradicionales y llenaderas.
Asimismo, para casos más severos en los que se ve afectada la funcionalidad en la vida real, se opta por la internación en clínicas o el acudir a análisis grupales y/o individuales en los que se trata este problema.
Si has notado que tu interacción con la tecnología ha excedido sus límites o bien, necesitas un descanso mental, momentos de introspección y convivencia cara a cara, puedes desintoxicarte digitalmente desde tu hogar. Es un desafío, claro, pero estamos seguros que, de acuerdo con tu contexto y posibilidades, podrás hacerlo. ¡Hagámoslo!
1. Establece fechas
Para comenzar, lo recomendable es tomarse un descanso digital de tres días, sin embargo, puedes iniciar poco a poco según tu situación.
Para ello, marca en el calendario las fechas en las que tendrás disponibilidad para desintoxicarte, tomando en cuenta los planes o compromisos que puedan involucrar tus dispositivos, además de las cuestiones laborales, como checar correos o atender clientes mediante tu celular.
Cuéntales a tus amigos tu plan y hazles saber que durante el tiempo que elijas no estarás disponible a través de tu celular y redes. Incluso, Hola Doctor recomienda confiarle a algún amigo las contraseñas de tus diferentes perfiles, para que esta persona las cambie. Así, cuando llegue el día, no podrás revisarlas. Mientras que, tú por tu cuenta, prepárate mentalmente y comienza a planear las actividades que harás durante ese tiempo en desconexión.
Durante este lapso deberás apagar tu celular, tableta, computadora y puedes guardarlos en una caja que no esté a la vista. El tiempo que normalmente pasabas en ellos, lo suplirás por actividades diferentes que estimulen tu mente: como leer, escribir, pintar, salir a caminar o, aunque suene raro, ¡pensar!
En ocasiones, al gastar nuestras horas interactuando con una pantalla, nos olvidamos de vagar en nuestros pensamientos e interiorizar en asuntos importantes. Considera este tiempo para tener una plática contigo mismo y si así lo deseas, puedes adecuar el lugar en el que estarás para disfrutar la experiencia.
No olvides identificar las emociones que estás sintiendo en esta dieta digital (paz, armonía, ansiedad, desesperación) y analizar si tu relación con tus dispositivos es sana o adictiva.
Ahora bien, tras esta primera fase de desintoxicación, no des marcha atrás. Calcula un aproximado de las horas a la semana que pasas haciendo determinada cosa a través de tus dispositivos, como el tiempo en redes sociales, historias subidas al día, capítulos de series o películas vistas; u horas whatsappeando.
Posteriormente, crea metas realistas: por ejemplo, si pasas 2 horas en Facebook, redúcela a una. Si siempre que realizas alguna actividad, subes una historia a Instagram, ahora que sólo sea en momentos especiales. Si vas a un restaurante, deja tu celular en tu bolso y disfruta tu comida sin fotografiarla, etc.
La clave es ir equilibrando paulatinamente el contacto con tu universo digital.
Por último y con el fin de conectarte con la realidad, haz un esfuerzo por diversificar tu rutina y realizar actividades alternas, que te hagan crecer y vincular con personas en un ámbito tangible. Inscríbete al gimnasio, toma clases de baile, compra un libro de mandalas y colorea; practica meditación o una actividad artística; cocina en casa, lee un libro al mes…
Cierra tus ojos, permite que tu mente viaje y deja que tus manos liberen aquella tensión de sostener el teléfono constantemente.
Recuerda apagar o poner en “No Molestar” todos tus dispositivos 90 minutos antes de ir a la cama. La luz de pantallas grandes y chicas pueden propiciar el desvelo. Seguro tendrás una noche reparadora.
FUENTES: