A medida que envejecemos, las mujeres ganamos peso. Esto ocurre porque acumulamos mucha información en nuestra cabeza.
Pero claro, llega un punto en que tanta información no cabe en nuestra cabecita. Así que esta información acumulada empieza a distribuirse por todo el cuerpo. Y ahora lo entiendo todo...
¡No me sobran kilos! Colaboración de Víctor Manuel Espino Ocampo de Zihuatanejo, Guerrero, México.
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