Estaba un hombre en un bar hasta la madre de borracho.
Algunos muchachos deciden hacerle al buen samaritano y llevarlo a su casa, para eso buscan alguna identificación en su cartera, se encaminan a dejarlo. Pero cada vez que lo ponían de pie para tratar de hacerlo caminar, el borracho caía al suelo y se daba un buen golpazo. Del bar al carro se les cae ocho veces. Cuando por fin llegan a la casa del borracho, lo ayudan a salir del auto y se les vuelve a caer otras cuatro veces.
Cuando tocan el timbre, sale la esposa del etílico y le dicen:
Y la señora pregunta toda asustada:
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