Érase un borrachito que caminaba por la acera, cuando de pronto unos hombres en una esquina tropezaron con él, estos habían asaltado una joyería y la policía los venia persiguiendo.
El borrachito quedo tirado mientras aquellos escapaban, la policía vio cuando el borrachito pedía disculpas a los ladrones y lo confundieron con alguno de ellos, lo detuvieron y se lo llevaron para interrogarlo. Le metieron a un tambo con agua y de cabeza lo metían y sacaban mientras preguntaban:
- Responde infeliz ¡¿donde están las joyas?! y el decía: Colaboración de Victor Manuel. |