Himenia Camafría y Celiberia Sinvarón, maduras señoritas solteras, fueron a visitar a una amiguita. Iban por un oscuro callejón cuando les salieron al paso dos torvos individuos que echándolas por tierra saciaron en ellas sus oscuros, bajos y torpes instintos de carnalidad y de fornicio. Llegan las dos con la ropa revuelta y todas despeinadas a la casa de su amiga, doncella y célibe como ellas, y le cuentan el apurado trance por el que habían pasado. "¡Qué barbaridad! -exclama ella-. ¡Qué irá a decir el señor cura cuando le confiesen que las violaron dos veces!" "¿Dos veces? - Dice Himenia-. Fue una sola vez". Pregunta con asombro la amiguita: "¿Qué no se van a regresar por el mismo callejón?"... Colaboración de Jorge López de México, D.F. |