Un señor con muletas se sube a un bus y detrás de él se sube otro señor con sus 24 hijos que ocupan todos los asientos. El de muletas se queda parado, y cada vez que el bus frena las muletas rechinan contra el piso metálico. El padre grita: Póngale un caucho a esa vaina para que no suene. Y el de las muletas contesta: El que debió ponerse un caucho fue usted, así todos vendríamos sentados! Colaboración de Gabriel Núñez de León, Gto., México. |