Dos indios cazadores de cabezas acechaban entre los árboles de la selva amazónica. De pronto vieron pasar a una guapa exploradora, joven mujer de estatura aventajada, magnífico tetamen y ubérrimo, profuso nalgatorio. Le dice uno de los salvajes al otro: "Oye, Jibario: ya hemos sido cazadores de cabezas mucho tiempo. ¿Qué te parece si ahora nos hacemos cazadores de otras cosas?"... Colaboración de Jorge López de México, D.F. |