Un hombre sale de la oficina y decide comprarle a su hijita un obsequio. Recorre muchos negocios pero ningun regalo le parecia original. Hasta que pasa por una veterinaria y entra. Pregunta por el precio de varios animalitos exoticos, pero eran tan caros que no se decidia por ninguno. Hasta que descubre que hay pollitos, y eran tan baratos que compra uno. Cuando sube al colectivo, el conductor le dice: -Estan prohibidos los animales, debe bajar. El hombre, enojado, obedece. Entonces, despues de pensar en como volver a casa en otra forma que no sea en colectivo, decide esconder al pollito en la bragueta de su pantalon, y asi pasar desapercibido ante el conductor del colectivo. Sube asi, medio incomodo, al proximo colectivo. Se sienta y por el cansancio, se duerme, olvidandose del pobre pollito. Como hacia mucho calor, el animalito se ahogaba, entonces comienza a sacar la cabecita por el cierre de la bragueta del hombre. En eso, aparece una monja, que viendo lo sucedido despierta al señor y le dice: -Mire, yo de esto mucho no entiendo, pero creo que se le rompio un huevo. Colaboración de Gabriel Núñez de León, Gto., México. |