Estaba una mujer haciendo uso de su amante, cuando oye que el marido abre la puerta. - |Date prisa| -le dice al tipo- quedate de pie en la esquina. Rapidamente, le frota aceite de bebe por todo el cuerpo y luego le espolvorea con polvos de talco. - No te muevas hasta que te lo diga -le susurra ella-, simula que eres una estatua tambien. No se hablo mas sobre la estatua, ni siquiera por la noche cuando se metieron en la cama. A las dos de la madrugada, el marido se levanta, va a la cocina, y vuelve con un sandwich y un vaso de leche. - Toma - le dice a la "estatua"-, come algo. Yo me estuve como un idiota durante tres dias en el dormitorio de los Perez y nadie me ofrecio siquiera un vaso de agua... |