— ¡Te lo dije!
— ¡¿Qué vas a hacer cuando me muera?!
— Estos platos no se van a lavar solos.
— ¡Porque soy tu madre!
— Cuando tengas hijos se van a acordar de mí.
— ¡Te aplacas o te aplaco!
— ¡Dios, ¿qué hice para merecer esto?!
— Allá tú y tu mala cabeza.
— Te estoy viendo, sigue burlándote (mi madre desde la cocina y yo en mi recámara).
— Pero quién te manda...
— Me va a doler más a mí que a ti.
— ¡Estás pidiendo a gritos que te pegue, te voy arrastrar de las mechas! Y mejor que no sepa tu papá porque te volverá a pegar.
— ¡Te voy a tumbar todos los dientes!
— ¿Quieres el medicamento con sangre o sin sangre?
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