En el gimnasio dos amigos de toda la vida se están cambiando de ropa para hacer deporte. Uno de ellos lleva un corpiño puesto, y el otro le pregunta muy intrigado:
- ¿Qué te pasa Manolo? ¿Te volviste maricón?
- ¡No,para nada!.
Pero tengo que usarlo todos los días desde que mi mujer encontró uno en el asiento de atrás de mi coche.