La hija, toda enojada, dice a su madre: -He decidido no casarme con Juan, mamá. -Pero, ¿qué ha pasado? - inquiere extrañada la madre. -Figurate; me he enterado que es un ateo y que no cree en el infierno. -No tengas en cuenta eso y casate, hija mia. Veras como entre las dos le convecemos de que esta completamente equivocado. |