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| Unos niños juegan baloncesto. Cuando la bola se cuela por una ventana de un apartamento en un segundo piso, todos llegan al acuerdo de que Jorgito vaya por la pelota ya que el tiene una manera fina de hablar.
Sube Jorgito. La dueña de la casa abre la puerta y Jorgito dice: - Disculpe, señora, estábamos jugando un emocionante partido cuando, en el momento de mayor exaltación deportiva, el esférico balón describió una extraña parábola en el aire y adentrase en su linda morada. Pido, por favor, que me la devuelva. La señora se queda pasmada ante ese vocabulario y llama al marido. - ¿Qué pasa, María? - Ven a ver este niño ¡que bonito que habla...! Llega el marido y la mujer dice al niño que repita lo dicho. - Decía a su señora esposa que jugábamos un emocionante partido, cuando en el momento de mayor exaltación deportiva... - ¡¡Espera niño!! - Dice el padre- ¡Cusiiiiita, Juaniiiiiiito! ¡Vengan acá para que escuchen y aprendan como se debe hablar! Llegan los niños y el padre le dice a Jorgito que repita lo dicho. - Explicaba a vuestros padres que jugábamos un emocionante partido, cuando en el momento de mayor exaltación deportiva, el esférico... - ¡Abueeeelo!... ¡aaaabueeeeeelo!, - interrumpió uno de los hijos - ¡ven acá y escucha como habla este niño! Llega el abuelo del fondo del apartamento. - ¿Qué pasa? - Niño, por favor, cuéntale al abuelo para que oiga. - ¡¡QUE PUEDEN QUEDARSE CON LA BOLA Y VAYANSE TODOS AL CARAJO!! |
