La mamá llevó a su pequeño hijo con un oftalmólogo. Le dice: "Doctor: creo que el pobrecito no ve bien". El médico pone al chamaco frente a la carta de letras. "¿Qué ves?" -le pregunta. "Una monjita" -fue la extraña respuesta del chamaco. El médico no da señal de sorprenderse. Le muestra al chiquillo unas letras de tamaño mayor. "¿Qué ves ahora?" "Otra monjita". "Bien" -dice el facultativo. Y le presenta al niño las letras de tamaño mayor que había en la carta. "Y ahora, ¿qué ves?" Responde el niño una vez más: "Otra monjita". El oftalmólogo se vuelve a la señora y le dice: "Tenía usted razón, señora. Su hijo ve pura madre"... Colaboración de Jorge López de México, D.F. |