Un viejo borracho se mete en un bar atiborrado de gente y se sienta al lado de una mujer mayor. Al cabo de un rato, esta mujer nota un olorcillo definitivamente sospechoso, y le dice ofendida:
- Perdone señor, pero ¡¿creo que se ha cagado usted?! Colaboración de M. Pascual de Hialeah F.L. |