Un hombre se encuentra acostado en un teatro, ocupando varias butacas con sus piernas y brazos. Al observar su actitud, el acomodador le pregunta con ironía: - ¿Está comodo?... ¿quiere que le traiga un cafecito? - No negro, ¡llamá a una ambulancia, que me caí del palco!. Colaboración de Jorge López de México, D.F. |