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| Había un perico rebelde y grosero. Cada vez que alguien pasaba por la calle, el perico le decía groserías. Cansada de eso, la dueña del perico decidió llevarlo a la iglesia para ver si así algo bueno aprendía. Llego la hora de dar misa. El señor obispo y el coro de la iglesia se preparan. El coro entona la entrada al obispo diciendo, "Hay viene el señor obispo" La cual el perico responde "Las nalgas le pellizco." Una persona del coro responde, "Callen a ese perico" y el Perico contesta, "A ti también te las pellizco." Y una viejecita que no escuchaba bien respondió, "Amen" y el perico le responde, "A ti también." Colaboración de Nellie V.D. |
