En una iglesia de Tontilandia, el sacerdote está oficiando la misa cuando, de pronto, comienza a sentirse un terremoto. El clérigo, asustado, los conmina: ,"Hijos, hijos, recemos un padrenuestro". Todos comienzan: "Padre nuestro..." Pero el temblor alcanza mayor intensidad, y el sacerdote vuelve a mandar: "Hijos, hijos, recemos un avemaría". Los feligreses rezan: "Ave María..." Pero la intensidad del sismo arrecia, y las tablas del techo ceden y empiezan a caer. Angustiado, el párroco advierte: "Hijos, hijos, las tablas". Asustados, los presentes comienzan: "1 x 1= 1; 1 x 2= 2..." Colaboración de Gabriel Nuñez de León, Gto., México. |