Llega un borracho a su casa, y como no traía llave toca a la puerta. Su esposa viéndolo por la ventana le dice que no le va abrir por borracho; pero éste empieza a hablarle con cariño:
- Mi palomita mensajera, ábreme. Y la señora dice que no;
Y así se la pasa diciéndole palabras cariñosa hasta que se enternece su esposa y baja a abrirle. Entonces el borracho le dice bien enojado. ¡NO QUE NO ME ABRIAS INCHE URRACA! Colaboración de Alejandro Valle Ramírez, de los Mochis Sinaloa, México. |