| «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel». (Lc 2, 29-32) Gracias Padre porque me has permitido conocer y amar a tu Hijo Jesucristo, gracias Padre porque ahora puedo vivir y morir en Paz. Santísima Virgen María, madre de Dios, intercede por nosotros para que tu hijo Jesús esté siempre en nuestros corazones. Gracias | |