01 | ¿Qué diremos entonces? ¿Que debemos seguir pecando para que abunde la gracia? |
02 | ¡Ni pensarlo! ¿Cómo es posible que los que hemos muerto al pecado sigamos viviendo en él? |
03 | ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? |
04 | Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva. |
05 | Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección. |
06 | Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado. |
07 | Porque el que está muerto, no debe nada al pecado. |
08 | Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. |
09 | Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él. |
10 | Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios. |
11 | Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. |
12 | No permitan que el pecado reine en sus cuerpos mortales, obedeciendo a sus malos deseos. |
13 | Ni hagan de sus miembros instrumentos de injusticia al servicio del pecado, sino ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han pasado de la muerte a la Vida, y hagan de sus miembros instrumentos de justicia al servicio de Dios. |
14 | Que el pecado no tenga más dominio sobre ustedes, ya que no están sometidos a la Ley, sino a la gracia. |
15 | ¿Entonces qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos sometidos a la Ley sino a la gracia? ¡De ninguna manera! |
16 | ¿No saben que al someterse a alguien como esclavos para obedecerle, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen, sea del pecado, que conduce a la muerte, sea de la obediencia que conduce a la justicia? |
17 | Pero gracias a Dios, ustedes, después de haber sido esclavos del pecado, han obedecido de corazón a la regla de doctrina, a la cual fueron confiados, |
18 | y ahora, liberados del pecado, han llegado a ser servidores de la justicia. |
19 | Voy a hablarles de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la impureza y del desorden hasta llegar a sus excesos, pónganlos ahora al servicio de la justicia para alcanzar la santidad. |
20 | Cuando eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia. |
21 | Pero, ¿qué provecho sacaron entonces de las obras que ahora los avergüenzan? El resultado de esas obras es la muerte. |
22 | Ahora, en cambio, ustedes están libres del pecado y sometidos a Dios: el fruto de esto es la santidad y su resultado, la Vida eterna. |
23 | Porque el salario del pecado es la muerte, mientras que el don gratuito de Dios es la Vida eterna, en Cristo Jesús, nuestro Señor. |