01 | "Cielos, presten oídos, que voy a hablar, y la tierra toda escuche las palabras de mi boca. |
02 | Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra, como suave lluvia sobre la verde hierba, como aguacero sobre el césped. |
03 | Voy a proclamar el nombre de Yavé: ¡alaben a nuestro Dios! |
04 | El es la Roca, cuya obra es perfecta, y todos sus caminos son justicia. Es Dios leal, enemigo del mal, es recto y justo. |
05 | Se portaron mal con él, ¡hijos indignos! generación perversa y depravada. |
06 | ¿Así pagas a Yavé, pueblo tonto y estúpido? ¿No es él tu Padre, el que te creó, el que te hizo y te estableció? |
07 | Acuérdate de los días pasados, recuerda las generaciones anteriores. Interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te expliquen. |
08 | Cuando el Altísimo dio a cada pueblo su tierra, cuando repartió a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos según el número de los Hijos de Dios. |
09 | Pero la parte de Yavé fue su pueblo, Jacob fue su propio dominio. |
10 | Lo encontró en el desierto, en la soledad rugiente, y lo cubrió, lo alimentó, lo cuidó como a la niña de sus ojos. |
11 | Como un águila cubre a sus polluelos, y revolotea sobre ellos, así él extendió sus alas y lo tomó y lo llevó sobre sus plumas. |
12 | Sólo Yavé lo guiaba, no estaba con él ningún dios ajeno. |
13 | Lo estableció en las tierras altas, lo alimentó de los frutos del campo, le dio a gustar la miel de una peña que sale como aceite del hueco de la roca, |
14 | la crema de la vaca y la leche de las ovejas, la grasa de los corderos, y la flor de los granos de trigo; tuvo por bebida el jugo de la uva. |
15 | Comió el Regalón y se sació, engordó Israel y dio coces, rechazó a Dios, que lo formó, despreció a su Roca, que lo salvó. |
16 | Despertaron sus celos con dioses ajenos, lo irritaron con sus ídolos. |
17 | Sacrificaron, no a Dios, sino a demonios. a dioses que no eran suyos, dioses nuevos, recién llegados, a los que nunca veneraron sus padres. |
18 | ¿Cómo? Olvidas a la Roca que te creó, ignoras al Dios que te engendró? |
19 | Yavé lo ha visto, y desprecia a sus hijos e hijas que lo han ofendido. |
20 | Les voy a esconder mi rostro, a ver qué será de ellos. Estos son una generación perversa, hijos de los que uno no se puede fiar. |
21 | Me pusieron celoso con lo que no es Dios, me molestaron con cosas que no sirven. Por eso yo los pondré celosos de una gente que no es pueblo, y los molestará una nación que no sirve. |
22 | ¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hasta el mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros! |
23 | Descargaré mis plagas sobre ellos y agotaré en ellos mis dardos. |
24 | Los consumirán el hambre, la peste y las fiebres mortales. Dientes de fiera mandaré contra ellos, y el veneno de los reptiles. |
25 | Por fuera la espada hará estragos y dentro reinará el espanto. Caerán sobre el joven y la doncella, el niño de pecho y el viejo encanecido. |
26 | ¿Acaso diré: A polvo los reduciré, borraré su recuerdo de en medio de los hombres? |
27 | Temo que se jacten sus enemigos, ya que no entenderían y dirían: "Les ganamos nosotros, no es Yavé quien lo hizo." |
28 | Israel no sabe conducirse y no hay en ellos sensatez. |
29 | Si fueran inteligentes, lo entenderían, y sabrían en qué van a parar: |
30 | Un solo enemigo persigue a mil de ellos y dos ponen en fuga a diez mil, ¿no será porque su Roca los ha vendido, porque Yavé los ha entregado? |
31 | El enemigo, su roca no es como nuestra Roca, no hay sabiduría en nuestros adversarios. |
32 | Porque su viña es viña de Sodoma y de las plantaciones de Gomorra uvas venenosas son sus uvas, racimos amargos sus racimos. |
33 | Su vino es veneno de serpiente, mortal ponzoña de áspid. |
34 | ¿Qué suerte les tengo reservada, sellada y guardada junto a mí? |
35 | ¡A mí la venganza y la sanción en el momento que su pie vacile! Pues se acerca el día de su ruina, y pronto llega su fin. |
36 | Porque Yavé hará justicia a su pueblo y se apiadará de sus siervos, cuando vea que su fuerza se agota, que no queda ya ni hombre libre ni esclavo. |
37 | Y les dirá: ¿Dónde están sus dioses, la roca en la que buscaban su refugio, |
38 | los que comían la grasa de sus sacrificios y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Que se levanten y los salven a ustedes! , ¡sean ellos su amparo y refugio! |
39 | Vean ahora que Yo, sólo Yo soy, y que no hay más Dios que yo. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero, y soy yo mismo el que sano, y no hay quién se libre de mi mano. |
40 | Sí, yo alzo al cielo mi mano y digo: "Tan cierto como vivo yo para siempre, |
41 | afilaré la punta de mi espada, y mi mano empuñará el Juicio; me vengaré de mis adversarios, y daré el pago a quienes me aborrecen. |
42 | Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada se hartará de carne: sangre de muertos y cautivos, cabezas de caudillos enemigos. |
43 | ¡Que los cielos festejen a su pueblo! ¡Hijos de Dios, póstrense ante él! Porque él venga la sangre de sus siervos y devuelve la venganza a sus adversarios, mientras purifica la tierra de su pueblo." |
44 | Moisés pronunció las palabras de este cántico ante el pueblo que lo escuchaba, y Josué, hijo de Nun, estaba con él. |
45 | Cuando Moisés acabó de pronunciar estas palabras a todo Israel, les dijo: |
46 | "Estén bien atentos a todas estas palabras que contienen mi declaración contra ustedes, y digan a sus hijos que cuiden de ponerlas todas en práctica. |
47 | Porque no es cosa de poca importancia: esta palabra es su vida y, por ella, ustedes prolongarán sus días en el país que van a conquistar después de pasar el Jordán." |
48 | Yavé habló a Moisés en aquel mismo día y le dijo: |
49 | "Sube a los cerros de los Abarim, en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy a los hijos de Israel. Morirás en el cerro al que vas a subir, |
50 | y te reunirás con tus padres, igual que tu hermano Aarón, que murió en el cerro de Hor y fue a reunirse con los suyos. |
51 | Bien sabes que han desconfiado de mí en las aguas de Meribá, en el desierto de Zin, cuando no me proclamaron frente al pueblo. |
52 | Por eso no entrarás en la Tierra; sólo la contemplarás de lejos." |