01 | Más vale el buen nombre que un buen perfume y el día de la muerte, más que el del nacimiento. |
02 | Más vale ir a una casa donde hay duelo que asistir a un banquete, porque ese es el fin de todo hombre y allí reflexionan los vivientes. |
03 | Más vale la tristeza que la risa, porque el rostro serio ayuda a pensar. |
04 | El corazón del sabio está en la casa de duelo y el del necio, en el lugar de diversión. |
05 | Más vale escuchar el reproche de un sabio que oír el canto de los necios, |
06 | porque como el crepitar de las espinas bajo la olla, así es la risa de los necios. Y también esto es vanidad. |
07 | La opresión puede enloquecer a un sabio, y los regalos pierden el corazón. |
08 | Más vale el fin de una cosa que su comienzo y más vale ser paciente que pretender demasiado. |
09 | No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo se alberga en el pecho de los necios. |
10 | No digas: "¿A qué se debe que el tiempo pasado fue mejor que el presente?". Porque no es la sabiduría la que te lleva a hacer esa pregunta. |
11 | La sabiduría vale tanto como una herencia y es provechosa para los que ven la luz del sol. |
12 | Porque estar a la sombra de la sabiduría es como estar a la sombra del dinero, y la ventaja de la ciencia es que la sabiduría hace vivir al que la posee. |
13 | Observa la obra de Dios: ¿quién puede enderezar lo que él torció? |
14 | Disfruta de los días felices y en los días adversos, reflexiona: Dios hizo que se sucedan unos a otros, de manera que el hombre no descubra nada de lo que vendrá después de él. |
15 | Yo he visto de todo en mis días vanos: hay justos que perecen a pesar de su justicia y malvados que sobreviven a pesar de su maldad. |
16 | No seas excesivamente justo ni quieras ser demasiado sabio: ¿para qué te vas a arruinar? |
17 | No seas demasiado malo ni te comportes como un necio: ¿para qué vas a morir antes de tiempo? |
18 | Lo mejor es procurar esto sin dejar de lado aquello: el que teme a Dios sabe unir las dos cosas. |
19 | La sabiduría hace más fuerte al sabio que diez magistrados de una ciudad. |
20 | No hay un hombre justo sobre la tierra que haga el bien sin pecar jamás. |
21 | Tampoco prestes atención a todo lo que se dice, no sea que escuches a tu servidor que te maldice. |
22 | Porque, además, tú sabes muy bien cuántas veces has maldecido a otros. |
23 | Yo experimenté todo esto con sabiduría, pensando: "Voy a ser sabio". Pero ella está fuera de mi alcance: |
24 | lo que existe es lejano y profundo, más profundo de lo que se puede vislumbrar. |
25 | Yo me dediqué con el mayor empeño a conocer, a explorar, y a buscar la sabiduría y la razón de las cosas y reconocí que la maldad es una insensatez, y la necedad, una locura. |
26 | Y yo encuentro más amarga que la muerte a la mujer, cuando ella misma es una trampa, su corazón, una red, y sus brazos, ataduras. Con el favor de Dios, uno puede librarse, pero el pecador se deja atrapar. |
27 | Mira: esto es lo que descubrí, dice Cohélet, tratando de razonar caso por caso. |
28 | Pero esto es lo que todavía busco, sin haberlo encontrado: He logrado encontrar a un hombre entre mil, pero entre todas las mujeres no hallé ni una sola. |
29 | En resumen, he descubierto lo siguiente: Dios hizo recto al hombre, pero ellos se buscan muchas complicaciones. |