01 | La sabiduría del humilde le hace erguir la frente, y lo hace sentar en medio de los poderosos. |
02 | No alabes a un hombre por su buena presencia ni desprecies a nadie por su aspecto. |
03 | La abeja es pequeña entre los animales que vuelan, pero lo que produce es más dulce que todo. |
04 | No te gloríes de la ropa que te cubre ni te enorgullezcas en los días de gloria, porque las obras del Señor son admirables y están ocultas a los ojos de los hombres. |
05 | Muchos tiranos se sentaron en el suelo y el que menos lo pensaba se ciñó la diadema. |
06 | Muchos potentados se hundieron en el deshonor y hombres ilustres cayeron en manos de otros. |
07 | No censures antes de averiguar: reflexiona primero, y luego reprocha. |
08 | No respondas antes de escuchar y no interrumpas cuando otro habla. |
09 | No discutas sobre lo que no te corresponde ni te entrometas en las disputas de los pecadores. |
10 | Hijo mío, no pretendas hacer demasiadas cosas: si lo haces, no quedarás libre de culpa. Si pretendes demasiado, no lo alcanzarás y aunque quieras huir, no escaparás. |
11 | Hay quien se esfuerza, se fatiga y se apura, y tanto más desprovisto se ve. |
12 | Otro es débil, necesitado de ayuda, falto de fuerza y lleno de privaciones; pero el Señor lo mira con bondad y lo levanta de su humillación; |
13 | el Señor le hace erguir la frente y muchos quedan maravillados a causa de él. |
14 | Bienes y males, vida y muerte, pobreza y riqueza vienen del Señor. |
15 | [La sabiduría, la ciencia y el conocimiento de la Ley vienen del Señor; el amor y el camino de las buenas obras proceden de él.] |
16 | [La necedad y la oscuridad han sido creadas para los pecadores; los que se complacen en el mal envejecen en él.] |
17 | el don del Señor permanece con los buenos y su benevolencia les asegura el éxito para siempre. |
18 | Un hombre se enriquece a fuerza de empeño y ahorro, ¿y qué recompensa le toca? |
19 | Cuando dice: Ya puedo descansar, ahora voy a disfrutar de mis bienes», él no sabe cuánto tiempo pasará hasta que muera y deje sus bienes a otros. |
20 | Sé fiel a tu obligación, entrégate a ella, y envejece en tu oficio. |
21 | No admires las obras del pecador: confía en el Señor y persevera en tu trabajo, porque es cosa fácil a los ojos del Señor enriquecer de un solo golpe al indigente. |
22 | La bendición del Señor es la recompensa de los buenos, y en un instante él hace florecer su bendición. |
23 | No digas: «¿Qué me hace falta? ¿Qué bienes puedo esperar todavía?». |
24 | No digas: «Ya tengo bastante; ¿qué males pueden sobrevenirme aún?». |
25 | En los días buenos se olvidan los malos, y en los malos, se olvidan los buenos. |
26 | Porque es fácil para el Señor, en el día de la muerte, retribuir a cada hombre según su conducta. |
27 | Una hora de infortunio hace olvidar la dicha, y las obras de un hombre se revelan al fin de su vida. |
28 | No proclames feliz a nadie antes que llegue su fin, porque sólo al final se conoce bien a un hombre. |
29 | No hagas entrar a cualquiera en tu casa, porque el falso tiende muchas emboscadas. |
30 | El corazón del soberbio es como una carnada, igual que un espía, espera que des un mal paso. |
31 | Está al acecho para deformar el bien en mal y es capaz de manchar las cosas más limpias. |
32 | Una chispa enciende muchos carbones y el pecador tiende emboscadas sangrientas. |
33 | Cuídate del malhechor, porque él engendra maldades, no sea que te deje manchado para siempre. |
34 | Alberga a un extraño, y te traerá complicaciones, y hará de ti un extraño para tus propios parientes. |