01 | No te fíes de tus riquezas ni digas: «Con esto me basta». |
02 | No dejes que tu deseo y tu fuerza te lleven a obrar según tus caprichos. |
03 | No digas: «¿Quién podrá dominarme?», porque el Señor da a cada uno su merecido. |
04 | No digas: «Pequé, ¿y qué me sucedió? , porque el Señor es paciente. |
05 | No estés tan seguro del perdón, mientras cometes un pecado tras otro. |
06 | No digas: «Su compasión es grande; él perdonará la multitud de mis pecados», porque en él está la misericordia, pero también la ira, y su indignación recae sobre los pecadores. |
07 | No tardes en volver al Señor, dejando pasar un día tras otro, porque la ira del Señor irrumpirá súbitamente y perecerás en el momento del castigo. |
08 | No te fíes de las riquezas adquiridas injustamente: de nada te servirán en el día de la desgracia. |
09 | No te dejes llevar por todos los vientos ni vayas por cualquier camino: así obra el pecador que habla con doblez. |
10 | Sé firme en tus convicciones y que tu palabra sea una sola. |
11 | Está siempre dispuesto a escuchar y sé lento para responder. |
12 | Si sabes, responde a tu prójimo; de lo contrario, quédate callado. |
13 | Las palabras traen gloria o deshonor, y la lengua del hombre puede provocar su caída. |
14 | Que no tengan que llamarte chismoso, y no seas insidioso al hablar, porque la vergüenza pesa sobre el ladrón y una severa condena sobre el que habla con doblez. |
15 | No faltes ni en lo grande ni en lo pequeño, y de amigo, no te vuelvas enemigo, |