01 | Oráculo contra Damasco. Damasco ya no será más una ciudad, sino un montón de escombros. |
02 | Las ciudades de Aror, abandonadas, han sido tomadas por los rebaños, que allí se tienden sin que nadie los espante. |
03 | Va a desaparecer el reino de Damasco, que era una protección para Efraím; pues lo que quede de Aram y de su gloria no valdrá más que los israelitas dice Yavé de los Ejércitos. |
04 | La fama de Jacob perderá su brillo y enflaquecerá su cuerpo. Como el segador toma un manojo de trigo y corta con su mano las espigas; |
05 | como se recogen las espigas en el valle de Refaím y sólo quedan rastrojos, |
06 | o como cuando se apalean los olivos y sólo quedan dos o tres aceitunas en la copa o cuatro o cinco en las ramas del árbol, así será -palabra de Yavé, Dios de Israel-. |
07 | Por ese entonces, el hombre mirará a su Creador y volverá sus ojos al Santo de Israel. |
08 | Ya no se fijará más en lo que construyeron sus manos, ni contemplará lo que trabajaron sus dedos: los postes sagrados y los altares para el incienso. |
09 | En ese día tus ciudades fortificadas serán abandonadas como lo fueron las de los amorreos y de los jeveos ante el ataque de los hijos de Israel: quedarán despobladas. |
10 | Porque olvidaste a Dios que te salva, y no te acordaste de la Roca que te protege. Pues bien, si plantas plantas tempraneras y cultivas patillas traídas del extranjero, |
11 | las ves brotar el mismo día que las plantas, y a la mañana el brote florece. Pero se marchita y la cosecha se te va, entonces tú podrás llorar. |
12 | ¡Ay! un bramar de pueblos inmensos, como el rugido del mar enfurecido; estruendo de naciones que resuenan como retumban las aguas torrentosas. |
13 | Pero El las amenaza, y de muy lejos huyen, como polvillo de los cerros movido por el viento, o como un remolino, por el huracán. |
14 | Espanto, al caer la tarde, pero antes de amanecer ya no queda nadie. Esa será la suerte de nuestros opresores, el destino de los que nos saquean. |