01 | El día en que los hijos de Dios fueron a presentarse delante del Señor, también fue el Adversario en medio de ellos, para presentarse delante del Señor. |
02 | El Señor le dijo: «¿De dónde vienes?». El Adversario respondió al Señor: «De rondar por la tierra, yendo de aquí para allá». |
03 | Entonces el Señor le dijo: «¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal. El todavía se mantiene firme en su integridad, y en vano me has instigado contra él para perderlo». |
04 | El Adversario respondió al Señor: «¡Piel por piel! Un hombre da todo lo que tiene a cambio de su vida. |
05 | Pero extiende tu mano contra él y tócalo en sus huesos y en su carne: ¡seguro que te maldecirá en la cara!». |
06 | El Señor respondió al Adversario: «Está bien. Ahí lo tienes en tu poder, pero respétale la vida». |
07 | El Adversario se alejó de la presencia del Señor, e hirió a Job con una úlcera maligna, desde la planta de los pies hasta la cabeza. |
08 | Job tomó entonces un pedazo de teja para rascarse, y permaneció sentado en medio de la ceniza. |
09 | Su mujer le dijo: «¿Todavía vas a mantenerte firme en tu integridad? Maldice a Dios y muere de una vez». |
10 | Pero él le respondió: «Hablas como una mujer insensata. Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?». En todo esto, Job no pecó con sus labios. |
11 | Tres amigos de Job se enteraron de todos los males que le habían sobrevenido, y llegaron cada uno de su país. Eran Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naamá, los cuales se pusieron de acuerdo para ir a expresarles sus condolencias y consolarlo. |
12 | Al divisarlo de lejos, no lo reconocieron. Entonces se pusieron a llorar a gritos, rasgaron sus mantos y arrojaron polvo sobre sus cabezas. |
13 | Después permanecieron sentados en el suelo junto a él, siete días y siete noches, sin decir una sola palabra, porque veían que su dolor era muy grande. |