01 | Pero ahora se ríe de mí hasta la gente más joven que yo., a cuyos padres yo no consideraba dignos de juntarlos con los perros de mis rebaños. |
02 | ¿De qué me hubiera servido la fuerza de sus manos? Ellos habían perdido todo su vigor: |
03 | agotados por la penuria y el hambre, roían el suelo reseco, la tierra desierta y desolada. |
04 | Arrancaban malezas de los matorrales y raíces de retama eran su alimento. |
05 | Se los expulsaba de en medio de los hombres; se los echaba a gritos, como a un ladrón. |
06 | Habitaban en los barrancos de los torrentes, en las grietas del suelo y los peñascos. |
07 | Rebuznaban entre los matorrales, se apretujaban bajo los cardos |
08 | ¡Gente envilecida, raza sin nombre, echados a golpes del país! |
09 | ¡Y ahora, ellos me hacen burla con sus cantos, soy el tema de sus dichos jocosos! |
10 | Abominan y se alejan de mí no les importa escupirme en la cara. |
11 | Porque Dios aflojó mi cuerda y me humilló, ellos también pierden el freno ante mí. |
12 | A mi derecha se levanta una turba: se abren camino hasta mi para arruinarme. |
13 | destruyen mi sendero para perderme: atacan sin que nadie los detenga, |
14 | irrumpen como por una ancha brecha, avanzan rodando como un torbellino. |
15 | Los terrores se han vuelto contra mí. mi dignidad es arrastrada como por el viento, mi esperanza de salvación ha pasado como una nube. |
16 | Y ahora mi vida se diluye en mi interior, me han tocado días de aflicción. |
17 | De noche, siento taladrar mis huesos, los que me roen no se dan descanso. |
18 | El me toma de la ropa con gran fuerza, me ciñe como el cuello de mi túnica. |
19 | El me ha arrojado en el fango, y me asemejó al polvo y la ceniza. |
20 | Clamo a ti, y no me respondes; me presento, y no me haces caso. |
21 | Te has vuelto despiadado conmigo, me atacas con todo el rigor de tu mano. |
22 | Me levantas y me haces cabalgar en el viento, y me deshaces con la tempestad. |
23 | Sí, ya lo sé, me llevas a la muerte, al lugar de reunión de todos los vivientes. |
24 | ¿Acaso no tendí mi mano al pobre cuando en su desgracia me pedía auxilio? |
25 | ¿No lloré con el que vivía duramente y mi corazón no se afligió por el pobre? |
26 | Yo esperaba lo bueno y llegó lo malo, aguardaba la luz y llegó la oscuridad. |
27 | Me hierven las entrañas incesantemente, me han sobrevenido días de aflicción. |
28 | Ando ensombrecido y sin consuelo, me alzo en la asamblea y pido auxilio. |
29 | Me he convertido en hermano de los chacales y en compañero de los avestruces. |
30 | Mi piel ennegrecida se me cae, mis huesos arden por la fiebre. |
31 | Mi cítara sólo sirve para el duelo y mi flauta para acompañar a los que lloran. |