En la consagración se hace presente la pasión, muerte y resurrección de Jesús. No se crucifica a Jesús en cada misa, sino que presenciamos sacramentalmente la única y real pasión muerte y resurrección. Por medio de la consagración estamos presentes, sacramentalmente, en la única y real pasión, muerte y resurrección de Jesús, donde somos llenados de gracia y bendiciones. !Es Jesús en la cruz! ¡Por nosotros! Misericordia Señor. |