01 | ¡Y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes! |
02 | Si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición y maldeciré sus bendiciones; ya las he maldecido, porque ustedes no se deciden a hacer eso. |
03 | Yo les quebraré el brazo, les tiraré estiércol a la cara -el estiércol de sus fiestas- y ustedes serán barridos con él. |
04 | Entonces sabrán que yo les hice esta advertencia, para que subsista mi alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos. |
05 | Mi alianza con él era vida y paz, y yo se las concedía; era temor, y él me temía y reverenciaba mi Nombre. |
06 | La verdadera doctrina estaba en su boca y en sus labios no había maldad; él caminaba conmigo en paz y con rectitud, y apartaba a muchos del mal. |
07 | Porque los labios del sacerdotes guardan la ciencia y de su boca se busca la instrucción, porque es el mensajero del Señor de los ejércitos. |
08 | Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos. |
09 | Por eso yo los he hecho despreciables y viles para todo el pueblo, porque ustedes no siguen mis caminos y hacen acepción de personas al aplicar la Ley. |
10 | ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando así la alianza de nuestros padres? |
11 | Judá ha traicionado, y se ha cometido una abominación en Israel y en Jerusalén. Porque Judá ha profanado lo que está consagrado al Señor, lo que él ama, casándose con la hija de un dios extranjero. |
12 | Al hombre que hace esto, que el Señor le arranque de los campamentos de Jacob al testigo, al garante y aun al que presenta la ofrenda al Señor de los ejércitos. |
13 | Ustedes hacen todavía otra cosa: cubren el altar del Señor de lágrimas, llantos y gemidos, porque él no se vuelve más hacia la ofrenda, ni la acepta de las manos de ustedes. |
14 | Y ustedes dicen: «¿Por qué?». Porque el Señor ha sido testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, aunque ella era tu compañera y la mujer de tu alianza. |
15 | ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? ¿Y qué busca este único ser? Una descendencia dada por Dios. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y que nadie traicione a la mujer de su juventud. |
16 | Porque si alguien repudia por aversión, cubre su ropa de violencia, dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y no traicionen. |
17 | Ustedes cansan al Señor con sus palabras, y dicen: «¿En qué lo cansamos?». Cuando ustedes dicen: «Todo el que obra mal es bien visto por el Señor, y él se complace en ello» o también: «¿Dónde está el Dios de la justicia?». |