01 | Cuando David terminó de hablar, el corazón de Jonatán sintió afecto por David, y desde ese día, Jonatán amó a David tanto como a sí mismo. |
02 | Ese día Saúl alojó a David en su casa y no dejó que volviera donde su padre. |
03 | Jonatán por su parte hizo un pacto con David porque lo amaba como a sí mismo. |
04 | Jonatán se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David junto con su traje, su espada, su casco y su cinturón. |
05 | En todas las expediciones a donde lo enviaba Saúl, David tenía pleno éxito y Saúl lo puso a la cabeza de todos sus hombres de guerra. Era querido por todo el pueblo y también por los servidores del rey. |
06 | Cuando volvieron, después que David hubo dado muerte al filisteo, las mujeres de todas las ciudades de Israel salieron al encuentro del rey Saúl, cantando y bailando, con tamboriles y arpas, canciones festivas. |
07 | El coro de las bailarinas entonaba este canto: «Saúl mató a mil, pero David mató a diez mil». |
08 | Eso le disgustó mucho a Saúl quien se enojó. Se dijo: «Le han dado diez mil a David y a mí sólo mil, no le falta más que la realeza». |
09 | Desde ese día, Saúl miró a David con malos ojos. |
10 | Al día siguiente, se apoderó de Saúl un mal espíritu de Dios, y estaba como loco en su casa. David le tocaba la cítara como todos los días, pero Saúl había tomado su lanza. |
11 | Le disparó la lanza pensando: «Voy a clavar a David en el muro». Pero David eludió el golpe las dos veces. |
12 | Saúl empezó a temer a David porque Yavé estaba con él mientras que se retiraba de Saúl. |
13 | Saúl alejó a David de su casa y lo hizo jefe de mil: éste iba y venía a la cabeza del pueblo. |
14 | David resultaba victorioso en todas sus expediciones, porque Yavé estaba con él. |
15 | Saúl vio el éxito de David y le temió. |
16 | Todo Israel y Judá amaban a David porque éste iba y venía al frente del pueblo. |
17 | Saúl dijo entonces a David: «Conoces a mi hija mayor Merob. Te la daré como esposa si demuestras ser valiente a mi servicio cuando dirijas las guerras de Yavé». Pues Saúl se decía: «Que no muera por mis manos sino por las de los filisteos». |
18 | David dijo a Saúl: «¿Quién soy yo? ¿Qué vale mi vida? ¿Qué es la familia de mi padre en Israel para que yo llegue a ser el yerno del rey?» |
19 | Pero cuando llegó el día en que debía dársele a David la hija de Saúl, ésta había sido dada como esposa a Adriel de Mejola. |
20 | Mical, la segunda hija de Saúl, amaba a David, y se lo dijeron a Saúl, quien se sintió feliz por eso. |
21 | Pues se dijo: «Se la daré, pero será para él una trampa. Así conseguiré que caiga en manos de los filisteos». Saúl llamó a David por segunda vez: «Ahora sí que serás mi yerno». |
22 | Saúl dio esta orden a sus servidores: «Conversen discretamente con David y díganle: El rey te quiere. Sabes que todos sus servidores te aman, acepta pues ser ahora el yerno del rey». |
23 | Los servidores de Saúl transmitieron estas palabras a David, y David les respondió: «Parece que para ustedes es muy sencillo llegar a ser yerno del rey. Pero ¿se han fijado en que yo soy un hombre sin dinero y humilde?» |
24 | Los servidores de Saúl se lo repitieron: «Esta es la respuesta de David». |
25 | Saúl les dijo: «Así hablarán a David: Para ese matrimonio el rey no quiere dinero sino únicamente cien prepucios de filisteos, para vengarse así de sus enemigos». De ese modo pensaba Saúl que David iba a caer en manos de los filisteos. |
26 | Los servidores transmitieron esas palabras a David a quien le pareció que sería bueno ser el yerno del rey. Aún no se cumplía el plazo, |
27 | cuando David salió de campaña con sus hombres. Mató a doscientos filisteos y se trajo sus prepucios, que mandó al rey para ser así su yerno. Entonces Saúl le dio como esposa a su hija Mical. |
28 | En esa oportunidad Saúl se dio cuenta de que Yavé estaba con David; Mical, por su parte, la hija de Saúl, quería a David. |
29 | Saúl temía a David cada vez más, su odio a David se había vuelto habitual. |
30 | Cada vez que los jefes de los filisteos salían de campaña, David tenía más éxito que los demás servidores de Saúl, y llegó a ser célebre. |