01 | Había un hombre de la tribu de Benjamín que se llamaba Quis, hijo de Seor, hijo de Becoral, hijo de Afiaj. Vivía en Guibea de Benjamín y era un hombre valeroso. |
02 | Saúl, su hijo, era joven y buen mozo, no podría haberse encontrado un hombre más hermoso en Israel: era más alto que todos los demás por una cabeza. |
03 | Sucedió que se perdieran las burras de Quis, el padre de Saúl, y éste dijo entonces a su hijo Saúl: «Llévate contigo a uno de los sirvientes y anda a buscar las burras». |
04 | Fueron a la montaña de Efraín y atravesaron el territorio de Salisa, pero no encontraron nada. Atravesaron luego el territorio de Saalim, pero tampoco estaban allí. Recorrieron el territorio de Benjamín sin hallar nada. |
05 | Al llegar al territorio de Suf, Saúl dijo a su sirviente: «Mejor volvámonos, pues nuestro padre se va a preocupar más por nosotros que por las burras». |
06 | El sirviente le respondió: «En ese pueblo hay un hombre de Dios. Es un hombre muy estimado, todo lo que predice ocurre. Vamos a verlo, a lo mejor nos indica el camino que debemos seguir». |
07 | Saúl dijo al muchacho: «Si vamos a verlo, ¿qué podremos ofrecer a ese hombre? Ya no tenemos pan en nuestros bolsos y no tenemos ningún regalo que ofrecer al hombre de Dios. ¿Qué podemos obsequiarle?» |
08 | El sirviente le respondió: «Me queda todavía un cuarto de siclo de plata, se lo daré a ese hombre de Dios para que nos indique el camino». |
09 | Porque antes se decía en Israel: «Vamos donde el vidente» para decir que iban a consultar a Dios. Porque no se hablaba de profetas como ahora sino de videntes. |
10 | Saúl dijo a su sirviente: «Tienes razón, vamos para allá». Y se dirigieron al pueblo donde estaba el hombre de Dios. |
11 | En el camino que subía al pueblo se encontraron con algunas jóvenes que iban a buscar agua. Les preguntaron: «¿Está allí el vidente?» |
12 | Ellas respondieron: «Sí, está allí; acaba de llegar a la ciudad, porque hoy se hará un sacrificio por el pueblo en el santuario alto. |
13 | Apenas lleguen a la ciudad, vayan inmediatamente a verlo antes de que suba al santuario para la comida, porque el pueblo no comerá antes de que llegue. El es quien debe ofrecer el sacrificio y los invitados sólo comerán después. Suban pues rápido, para que lo encuentren». |
14 | Siguieron caminando a la ciudad, y apenas entraron, se encontraron con Samuel que salía para ir al santuario. |
15 | Ahora bien, la víspera de la llegada de Saúl, Yavé había hecho una revelación a Samuel: |
16 | «Mañana a esta hora te enviaré a un hombre del territorio de Benjamín, al que consagrarás como jefe de mi pueblo Israel. Ese hombre va a salvar a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha subido hasta mí». |
17 | Cuando Samuel divisó a Saúl, Yavé le dijo: «Ese es el hombre de que te hablé, él gobernará a mi pueblo». |
18 | Saúl se dirigió a Samuel que estaba en medio de la puerta y le preguntó: «¿Podrías indicarme dónde está la casa del vidente?» |
19 | Samuel respondió a Saúl: «Yo soy el vidente, sube delante de mí al santuario alto. Ustedes comerán ahora conmigo, y mañana te diré todo lo que te preocupa; luego dejaré que te vayas. |
20 | Sobre todo no te preocupes por las burras que perdiste hace tres días, porque ya las hallaron. Pero ¿para quién serán los primeros puestos en Israel? ¿No serán para ti y la casa de tu padre?» |
21 | Saúl respondió: «Soy de la tribu de Benjamín, la más pequeña de las tribus de Israel, y en la tribu de Benjamín mi familia es además la más pequeña. ¿Por qué me hablas así?» |
22 | Samuel hizo pasar a Saúl y a su sirviente al salón donde había unos treinta invitados, y les dio el primer puesto. |
23 | Luego Samuel dijo al cocinero: «La parte que te pasé para que la pusieras aparte, sírvela ahora». |
24 | El cocinero sacó entonces la paleta y todo lo que la rodea y la puso delante de Saúl. Samuel le dijo: «Ante ti tienes la parte que se puso aparte, cómela». Y ese día Saúl comió con Samuel. |
25 | Cuando bajaron del santuario a la ciudad, prepararon a Saúl una cama en la terraza |
26 | y se acostó allí. Al amanecer Samuel llamó a Saúl, que estaba en la terraza, y le dijo: «Levántate porque te voy a indicar tu camino». Saúl se levantó y ambos salieron. |
27 | Cuando se acercaban a la salida de la ciudad, Samuel dijo a Saúl: «Dile a tu sirviente que se adelante un poco, pero tú quédate aquí para que te comunique una palabra de Dios». |